No soy alguien que cree que este período de aislamiento y cuarentena es una oportunidad para superación personal. Tratar un bloqueo mundial provocado por una pandemia como un espacio para la productividad es lo mismo que fingir que el desempleo es una vacación.
El tiempo no es realmente tuyo si se come con ansiedad y miedo. Este no es tiempo libre, es la vida en suspensión. Todos estamos en varios estados de angustia, algunos con mucha más urgencia que otros. Tratar de implementar cambios en el estilo de vida en medio de todo eso puede ser demasiado abrumador. Aférrate a lo que sea que te haga pasar este tiempo sano y eso es más que suficiente.
De alguna manera, a pesar de todo, me he encontrado comiendo menos carne en la cuarentena De hecho, he estado reduciendo gradualmente mi consumo de carne incluso antes de la pandemia.
En parte se debe a la creciente evidencia de lo dañinos que pueden ser los animales de cría para el medio ambiente y los crecientes peligros del cambio climático. Sé que los cambios individuales en la dieta no son necesariamente tan significativos como revisar los sistemas responsables de hacer que la carne sea barata y abundante, pero todavía es algo pequeño por lo que me puedo sentir bien.
No soy un gurú vegetariano o vegano, pero muchas personas han escrito de manera más significativa y profunda sobre el cambio a una dieta con más vegetales que animales y yo te animo a que leas sobre el tema.
Cuando llegó la primera ola de encierros de cuarentena en la ciudad de Nueva York, hice mis compras de comestibles para abastecerme de harina, arroz y frijoles, caminé por el pasillo de carne y dije, mejor no. Esta es mi oportunidad de no comprar carne y adaptarme a esa norma.
No soy muy estricto al respecto. Cuando encontré algunas rebanadas de pancetta en la parte de atrás de mi refrigerador en la cuarta semana, las freí y me las comí sobre coles de Bruselas, con mucho gusto. Cuando pedí comida para llevar el otro día, se me antojó un pollo khao soi, uno de mis platos favoritos de todos los tiempos. Para mí, el objetivo no es tanto estar completamente libre de carne, sino ser realmente consiente sobre cuándo como carne, de modo que lo predeterminado son las comidas sin ella.
Ahora que el Covid-19 ha puesto al descubierto cuán frágiles son nuestros sistemas alimentarios actuales y cuán peligrosas pueden ser las plantas empacadoras de carne para sus empleados, siento que es un momento especialmente bueno para reducir el consumo de carne y apoyar condiciones de trabajo justas para todos los que trabajan a lo largo de la línea para llevar víveres a mi refrigerador, desde trabajadores de reparto hasta granjeros y personas que empacan hombro con hombro a lo largo de una planta procesadora de pollos. Con la inevitable escasez de carne que se avecina y la abundancia de productos de verano en el horizonte, dar un giro hacia una dieta más centrada en esta cuarentena también parece práctico.
Especias esenciales que toda cocina debe tener
Si esto suena como algo que también quieres hacer en la cuarentena, aquí hay algunas cosas que yo hice y que ayudaron a facilitar la transición. Lo primero, es hacer un buen uso del cajón de especias. Experimentar con combinaciones de especias ayudó a evitar la trampa de aburrirse con las mismas preparaciones vegetales una y otra vez. El Sumac y Za’atar le dan un poco de brillo a todo. ¿Tienes hierbas? Prepara una salsa verde rápida y ameniza cualquier situación vegetal.
No te preocupes por apegarte a las reglas, solo prueba lo que crees que podría saber bien y probablemente tengas razón. Si extrañas el ahumado de la carne, el pimentón ahumado será tu mejor amigo. Si buscas esa salinidad profunda que puedes encontrar en anchoas o salsa de pescado, una cucharada de miso te ayudará.
Los frijoles son grandes aliados
En lugar de buscar productos de imitación de carne, fui con todo al departamento de frijoles. Son versátiles, sabrosos y maravillosos. Los como pan, sopas, pastas y los mezclo en salsas. Es fácil tenerlos a mano, ya sea de una lata o cocidos en seco. Todavía no he incursionado mucho en el mundo del tofu y el tempeh, pero esas son otras excelentes opciones para la proteína y la fibra que pueden actuar como la pieza central de una comida que de otro modo estaría ocupada por la carne.
Hongos en todo
Realmente en la cuarentena no he echado de menos la textura de la carne, pero ese sabor umami es algo que a menudo quiero. Para eso he encontrado que tener un montón de hongos secos es realmente útil para realzar un platillo de vegetales y arroz. Aplastados y empapados con agua hirviendo, hacen una buena mancuerna con un caldo o en arroz.
Toma en cuenta las culturas que implementan el vegetarianismo o veganismo
Por supuesto, hay muchas, muchas personas en todo el mundo que no comen carne, o carne en cantidades muy limitadas. Hay una larga historia de cocina vegetariana de todo el mundo, pero personalmente encontré que la comida de India, Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka ha sido de gran ayuda e inspiración. Saag paneer y todo tipo de dal han estado en la rotación regular para mí en los últimos dos meses. También he estado haciendo los excelentes garbanzos de Madhur Jaffrey cocinados al estilo Moghlai, y un Dal de lentejas rojas con espárragos y tamarindo.
La dieta de cada quién es su responsabilidad. Pero si crees que este la cuarentena es un buen momento para hacer el cambio, de verdad dale una oportunidad a los frijoles.
