Es tiempo de borrar tus apps de delivery

Por semanas, mientras que los restaurantes pidieron a las plataformas de delivery reducir sus comisiones, las aplicaciones se negaron, lucrando de la crisis del coronavirus

abril 20, 2020

Es tiempo de borrar tus apps de delivery

Foto: RASMUS JURKATAM / GETTY IMAGES

No es un ritual poco común en estos tiempos. Estás en tu sofá en una que no te has quitado en todo el día. ¿Quién te puede culpar? Ahora es el momento de la comodidad, sin importar lo que digan los gurús de la productividad. Esta semana has preparado algunas comidas para ti, tal vez incluso hiciste una olla de frijoles u horneaste un pan de masa madre, pero hacer todos esos platos puede ser agotador. Igual que preparar varias comidas al día, todos los días. Entonces, tomas tu smartphone y abres una aplicación como Postmates, UberEats o Rappi explorando las opciones de los restaurantes que han tomado la decisión de realizar entregas.

Pero en lugar de elegir entre pizza o tacos, puedes hacer otra cosa. Eliminar las aplicaciones por completo.

“¿Pero qué hay de apoyar a mi restaurante local favorito?”. Bueno, aún puedes hacerlo llamando directamente al restaurante para hacer tu pedido. O comprando bonos y tarjetas de regalo. O donando a la campaña de Donadora del personal de un restaurante, o un fondo para alimentar a los trabajadores de primera línea. (Si el restaurante solo vende a través de aplicaciones de entrega, busca cuál es la opción más justa).

Durante demasiado tiempo, estas aplicaciones —compañías tecnológicas intermediarias con millones, sino miles de millones, en financiamiento— han frustrado a la industria de los restaurantes. Sus prácticas depredadoras generalmente incluyen una comisión del 20 al 30 por ciento en cada pedido, solicitar a los restaurantes que paguen por las promociones que la aplicación ofrece a los clientes y agregar restaurantes a la aplicación sin el consentimiento de los otros restaurantes. Sin mencionar los miles de pesos que estas compañías cobran a los restaurantes por registrarse para usar sus plataformas.

Este comportamiento solo se ha vuelto más atroz a medida que la pandemia de COVID-19 ha trastornado a toda la industria de restaurantes, dejando a millones de empleados de restaurantes sin trabajo y chefs y propietarios luchando desesperadamente por encontrar alguna manera de salvar sus restaurantes en una industria que ya tiene márgenes extremadamente delgados. Durante semanas, mientras los restaurantes rogaban a las apps de delivery que redujeran sus comisiones, las aplicaciones se negaron, al mismo tiempo que lanzaban campañas de relaciones públicas engañosas, posicionándose como amigos y salvadores de la industria de restaurantes.

Grubhub, en Estados Unidos, hizo ruido en marzo al anunciar que difería los pagos de comisiones por hasta $100 millones. Pero diferir solo significa recolectar el dinero en una fecha posterior, no una reducción en las comisiones. Postmates pidió a las celebridades hablar de sus restaurantes locales favoritos en una campaña publicitaria. Ubereats redujo su tarifa de entrega para los clientes, y todas en general han estado ofreciendo promociones… lo que estas ofertas no pudieron explicar fue que forzaron a los restaurantes a pagar la cuenta de la promoción. Y si eso no fuera suficiente, también toman su comisión en función del costo total del pedido antes del descuento.

Las aplicaciones hacen todo esto, mientras que mal pagan de manera severa a sus repartidores. Esto ya era un problema previo a la pandemia: el salario promedio es de aproximadamente $300 pesos por día. Ahora, tienen uno de los trabajos más peligrosos, y aunque algunas compañías están proporcionando a los conductores desinfectantes para manos y guantes, ninguno les ha ofrecido aumentos salariales o seguro médico.

Podría ser más fácil simpatizar con estas apps de delivery ellos también estuvieran perdiendo dinero. Pero no es así. En cambio, están viendo más negocio durante esta crisis.

A medida que las personas se quedan en casa, el delivery se ha vuelto más popular que nunca. Un portavoz de UberEats dijo a Fox News que los pedidos de entrega a restaurantes independientes “en Estados Unidos y Canadá han aumentado un 30 por ciento desde mediados de marzo”. Y a medida que la contingencia y aislamiento social continúe extendiéndose, ese número probablemente solo aumentará.

Si estas aplicaciones realmente se preocuparan por los restaurantes en los que se construyen sus negocios, estarían de acuerdo en aplicar límites al 10 por ciento o menos. Tock, la plataforma de reserva y recogida del restaurador Nick Kokonas, ofrece un contrato estándar de comisión del 3 por ciento. En cambio, según un informe de Eater, las compañías tecnológicas no tienen planes de reducir sus comisiones y están luchando contra cualquier esfuerzo que les obligue a hacerlo. En respuesta a este artículo, un portavoz de Uber le dijo a Food & Wine: “Proporcionar nuestra plataforma y servicios a los restaurantes cuesta dinero —cambiar las tasas de comisión nos obligaría a modificar la forma en que hacemos negocios, lo que podría perjudicar a aquellos a quienes más intentamos ayudar: clientes, pequeñas empresas y repartidores”.

El viernes, poco después de que la ciudad de San Francisco aprobó una orden de emergencia que requería que las aplicaciones de entrega limitaran sus comisiones al 15 por ciento, Grubhub envió un correo electrónico a sus clientes basados ​​en SF, rogándoles que se opusieran a la orden. Cabe señalar que a principios de esta semana, DoorDash anunció que reduciría todas las comisiones de los restaurantes con cinco o menos ubicaciones en un 50 por ciento entre el 13 de abril y finales de mayo. Si bien es progreso, puede ser demasiado poco, demasiado tarde. Tampoco ofrece una solución permanente a estas prácticas depredadoras.

La pandemia de COVID-19 ha volcado por completo la industria de los restaurantes como la conocemos. La industria que existe actualmente es una cáscara de lo que era hace solo un mes. A medida que los restaurantes debaten sobre los dilemas morales de mantener a su personal seguro frente al dilema financiero del cierre, los restaurantes reconocen el hecho de que gran parte de la industria se rompió antes de esta crisis, mientras los restaurantes descubren cómo operar en un mundo lleno de incógnitas, no se debería permitir que las apps de delivery continúen las mismas prácticas rapaces que implementaron en un mundo previo al coronavirus.

Hasta que estas aplicaciones comiencen a aceptar límites de comisiones activamente, es hora de eliminar las apps de delivery y dejar que la pasen mal.

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