La masa de maíz va más allá de la elaboración de las tortillas. Este ingrediente está en muchos platillos de nuestra cultura como el atole, los sopes, los tamales e incluso los caldos.
Lo primero y más importante es tener una masa de buena calidad como la de Maizajo o Cintli, que trabajan con maíces nativos y libres de pesticidas y procesos químicos.
Después, debes hidratarla un poco. Por cada kilo utiliza aproximadamente 1/4 de taza de agua. Debe estar suave y manejable. Aquí algunos ejemplos de platillos donde la puedes aprovechar.
Atole
La clave cuando se usa masa en el atole, es hidratarla con una taza de agua y disolverla muy bien. Después en una olla grande añade un litro de leche, la masa disuelta, un poco de piloncillo y canela. Debe ser una mezcla con cuerpo pero no muy espesa.
Caldos con chochoyotes
Los chochoyotes son pequeñas bolitas de masa con el centro hundido que sirven para complementar cualquier caldo de pollo, sopa de jitomate, caldo de frijol y mole de olla. Para hacerlas, hidrata un poco la masa y forma bolitas del tamaño de una canica, hunde el centro con tu dedo meñique y cuece en el caldo.
Tlacoyos
Para un buen tlacoyo debes tener un muy buen relleno: requesón con epazote, frijoles refritos o queso y envolverlos muy bien en la masa de maíz. Procura que no sea un bolita de masa muy grande para que el relleno no se pierda.
Tamales
Para un kilo de masa debes batir muy bien 1/2 kilo de manteca con un poco de sal y acremar poco a poco la mezcla, hasta que se haga un pasta. Agrega agua o caldo de pollo colado para que la masa sea más liquída, pero que conserve espesor. La textura se debe asemejar un poco a la mezcla de un pastel antes de hornearlo.
