110 cosas que queremos comer y beber después de la cuarentena

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En Food & Wine amamos las heladerías y las fondas, los bares y las cantinas, los tacos de la calle y los restaurantes de fine dining. Amamos todos los lugares donde podemos comer y beber y conectar con cosas que nos hacen felices: la sobremesa, una copa de vino y platos reconfortantes. 

Estamos por un cumplir un mes sin poder visitar estos lugares, alejados de privilegios que antes dábamos por sentado —como tardarnos horas en un pasillo del mercado, pasar por unos taquitos trasnochados o disfrutar una de esas comidas que, en buena compañía, se convierten en cena—. 

Invadidos por el antojo hicimos una lista de las 110 cosas —restaurantes, bares, momentos— que queremos hacer en cuanto termine la cuarentena. Un bucket list escrito un poco desde la nostalgia y otro poco desde la ilusión, esa que nos hace pensar en volver a sentarnos juntos y bien acompañados. 

Fer Castro

Variedad de conchas de Campobaja
  1. La terraza de Campobaja en un día soleado, para comer un ostión especial, un tiradito de kampachi y un burrito de camarón con una cerveza bien fría y rematar con unos mezcales. 
  2. Una noche de vino y música rara en Bacal con mi novio. Llegar temprano para alcanzar a probar toda la comida de su barra “paga lo que consideres justo” y pedir un vino natural funky.
  3. Mezcales en Los Salvajes. Una fiesta de cumbia y mezcales raros para alivianar el alma después de estos momentos.
  4. Una cena en Meroma con mi familia. Es un lugar que disfrutamos mucho y en el que nos gusta festejar momentos especiales. 
  5. Ya les he contado antes de mi obsesión con el pescado crudo, acabando esto quiero sentarme en la barra de Kura, pedir un sashimi grande mixto y maridarlo con un sake seco sin filtrar.
  6. Un par de noches al mes acostumbro ir a cenar con mi papá, a veces pedimos comida a su casa, a veces cocino algo y a veces vamos a un restaurante. Cuando acabe el distanciamiento social quiero que vayamos a conocer Pigeon o Marmota.
  7. Desayunar en Expendio de Maíz un sábado temprano con Aruna, uno de mis mejores amigos. Disfrutar de su increíble menú con ingredientes de temporada, tomar un café de olla y reír sin parar.
  8. Un taco de mole de plátano de Sí’lva de Metate, el ritual de festejo posterior a las compras de la semana en el Mercado el 100.
  9. Un ramen de Jametaro un domingo, para evitar el bajón.
  10. Probar los tacos de lechón de Sutura. Me quedé con demasiadas ganas de probar la comida este restaurante que utiliza cerdo pelón en sus preparaciones. 
  11. Fiesta de hamburguesas con mis amigos de la oficina. Ir con mis compañeros de Food & Wine a comer una hamburgesas a Shake Shack, reírnos como siempre y regresar con mal del puerco a escribir.
  12. Una milanesa de pollo en casa de mi mamá. De todas las cosas grandiosas que prepara mi mamá, este es mi favorito. Crujiente por fuera y jugoso por dentro, siempre lo sirve acompañado de aguacate, limón y salsa verde. 
  13. Un brunch festivo con todos mis vecinos. Dentro del edificio mis roomies y yo tenemos un lazo cercano con 8 vecinos, cuando todo acabe quiero hacer un brunch en casa, tomar mimosa y abrazarnos mucho (menos a Manu porque no le gusta).
  14. La playa, la que sea —de preferencia en Oaxaca o Michoacán— la más virgen que pueda encontrar. Irme con Santiago a estar tranquilos unos días, tomar clases de surf, tomar una cerveza viendo el atardecer y un pescado entero.
  15. Un helado de Amilado con mis roomies. Casi como ritual los fines de semana nos tomábamos un rato para ir a comprar un helado y en los días lindos nos sentábamos a comerlo en las escaleras del Ángel de la Independencia. Si hay de Ferrero Rocher y Ciruela entonces se va a sentir casi como un festejo de cumpleaños.

Loredana Flores

Un gran festín de Bao Bao
  1. Probar todos los tacos del menú del Parnita con un agüita de limón seguido de un (o dos) mezcal con naranja.
  2. Visitar Marmota y probar su grilled cheese con sopa de jitomate para chopear.
  3. Ir con mi papá por tacos a Los Periféricos y pedir 4 de pastor y 2 de bistec con queso y mucha salsa “Robertina”
  4. Ir con mis amigas del trabajo a Michoacanísimo y pedir una birria para curarnos la resaca.
  5. Ir con mi familia Al Andalus, un domingo, para pedir todo al centro: jocoque, tabule, hummus, hojas de parra, tacos de col y kepe crudo.
  6. Ir al Salón Ríos un viernes por la noche, pedir una cerveza bien fría acompañada de unos tacos de canasta de pato y subir a bailar a El Babalú.
  7. Ir a Bacal por unos vermuts caseros (en especial el rojo) y ver qué plan sale para ir a bailar.
  8. Conocer Bao Bao, ordenar sus palomitas de pollo, el bao de pork belly y su arroz frito con chorizo.
  9. Tomar uno de las talleres de Pastificio para aprender hacer crostatas y pastas artesanales.
  10. Ir a Acapulco y hacer parada obligatoria en Fonda 4 Vientos. Pedir sopes, frijoles, requesón y cecina.
  11. Hacer la ruta garnachera con mi amiga Sasha, la reina de la garnacha, por puestitos callejeros con las mejores gorditas, sopes, quesadillas y huaraches de CDMX.
  12. Conocer La Tonina y comer tacos norteños hasta reventar.
  13. Ir al Mercado de Jamaica con mis tías y comprar flores. Al final, pedir un vaso grande de esquites preparados.

Pau Gutiérrez

Un taquito de barbacoa en proceso
  1. Comerme 10 tacos al pastor y un volcán en El Vilsito con una Coca Cola.
  2. Ir por una nieve de lavanda a Nómada en la Condesa y caminar por el Parque México.
  3. Comer con toda mi familia en la Trattoria della Casa Nuova y pedir al centro pizzas, pastas y una botella de vino. De postre, unos beignets. 
  4. Cenar con mi amigas en WANWAN Sakaba y pedir los dumplings, el ramen, la carne de arroz con jengibre y obvio pedir una botella de Sake Sho Chiku Bai.
  5. Vacacionar en San Agustinillo con mi familia y cenar, en La Termita, una pizza de cebolla con queso y una de hongos con una cerveza helada. 
  6. Viajar  a Oaxaca con mis papás y comer unas tlayudas en El Negro, beber mezcal y bailar.
  7. Comer uno tacos en el Lechoncito de Oro en Oaxaca,  con la salsa especial de habanero y un Boing de guayaba. 
  8. Comer cochinita pibil en Coox Hanal, una sopa de lima y una cerveza.
  9. Ir a desayunar con mi mejor amiga en la barbacoa de Los Tres Reyes. Pedir consomé colado, un taco de moronga, uno de carne enchilada y medio kilo de barbacoa. 
  10. Ir a los Tacos del Paisano en el Estado de México por un consomé de res y una orden de hígado encebollado con chiles secos al comal.

Gris Montejo 

Un ramen que llega directo al corazón
  1. Conocer Pigeon y probar el schnitzel
  2. Ir a Jametaro por un miso ramen y unas gyozas.
  3. Devorar un sticky rice de Kiin Thai Viet —o dos— y pedir uno más para llevar. 
  4. Un picnic en el Bosque de Chapultepec con un surtido de baguettes y embutidos de Delilu. Obvio después: un largo paseo en bici.
  5. Ir a comer con mi amiga Romina enchiladas al mercado El Chorrito
  6. Ir a los mariscos de Virreyes y chismear con mis amigas a la hora de la comida 
  7. Un viernes de chelas y tortas ahogadas en El Pialadero. Obvio con los amigos Godinez que tienen (tenemos) viernes feliz.
  8. Ir a una playa, la que sea, hoy no tengo preferencia por alguna en específico. Ver el mar con una cerveza bien fría en la mano. Comprar camarones para pelar y una piña (de esas que se escurren cuando las muerdes) con chilito de postre. 
  9. Ir a brunchear a Cicatriz y pedir las cervezas verdes suficientes para salir tipsy y rematar con un tamal de chocolate de La Rifa. 
  10. Organizar una reunión casera con mis amigos para comer y beber juntos. Cocinar ramen mientras bebemos cerveza y vemos los aviones pasar. 

Juan Pablo Tavera

El famoso pescado a la talla de Contramar
  1. Brunch en Niddo con mi hamburguesa favorita y mimosas. Delicioso.
  2. Ir un viernes a Contramar con mis mejores amigos y hacer una sobremesa kilométrica.Yo invito la primera ronda de carajillos.
  3. Visitar a mis papás en Morelia y desayunar en Carnitas Don Raúl. La gordita de carnitas para rematar.
  4. Ir un domingo por la mañana a Azul y Oro y tomarme un café con pan dulce (la oreja es mi favorita). 
  5.  Martinis en Baltra.
  6.  Ir a cenar a Pigeon y pedir el schnitzel.
  7.  Pasar todas las mañanas de camino a la oficina a Maque por un panqué de elote durante una semana.
  8.  Ir a Tlecan un jueves por unos mezcales y los tacos rojos de picadillo.
  9. Una de mis cantinas favoritas está en la Doctores (El Compadre), quiero ir por unas cervezas de bola y tequilas con mis amigos. La rocola es un clásico.
  10. Ir al Vilsito por tacos y más tacos al pastor con agua de horchata.

Mariana Rojas

Las mesas de Rosetta
  1. Ir con mi sobrino a Roxy por una nieve de fresa (su favorita) y hacerlo girar en las sillas hasta que le salgan lagrimitas y después ir a la zona de juegos del Parque Lincoln.
  2. Ir a Rosetta con mi novio (es de nuestros lugares favoritos).
  3. Ir a Toluca a comer con mis papás y a mi hermano.
  4. Desayunar con mi familia en El Herradero (desayunador icónico en Lerma)
  5. Ir a las fodongas (Toluca) por una lengua en caldillo.
  6. Ir con mi novio al Farolito (los mejores tacos de carnitas en Toluca)
  7. Ir a la casa de mi abuela a comer amarillito. 
  8. Ir con mis papás, mis hermanos y mi sobrino a Acapulco, pasar a 4 vientos y comer sopes y cecina con crema hasta reventar. 

Mariana Camacho 

Todo al centro en Al Andalus
  1. Voy a salir corriendo al centro para comer, con amigas, una mesa libanesa de Al Andalus, el lugar que más me quiere en la CDMX.
  2. Viajar a Oaxaca y adelantar el festejo del año nuevo 2021 (eso incluye comer memelas en la iglesia del Carmen Alto, unas empanadas de amarillo y una cena con bailongo en Criollo).
  3. Viajar un fin de semana a Querétaro para comer el mole verde de mi madre y tomarme una copita de vino, por meses aplazada, con mi abuela. 
  4. Desayunar en Lardo, con pan de la panadería Rosetta 
  5. Comer ostiones con vino blanco (de preferencia en Los Cabos).
  6. Brunchear en Galatea, en Coyoacán.
  7. Reanudar los jueves de martinis y tacones… y tomar muchos martinis en tacones. 
  8. Regresar a nuevos lugares de mi barrio: Pigeon, Milk y Bao Bao.
  9. Desayunar en Nicos 

Pablo Angulo

Los de pastor con todo, del Vilsito
  1.  Ir a comer tacos de canasta a Coyoacán.
  2.  Llevar a mi esposa a desayunar al restaurante Arroyo.
  3.  Ir a Oaxaca a  hacer una ruta gastronómica    
  4.  Ir de picnic al parque La Mexicana con unas baguettes con queso de cabra,queso manchego, jamón serrano y jamón de pechuga de pavo. 
  5. Reunirme con mis amigos un viernes en la noche a tomar margaritas y comer galletas saladas untadas con  queso crema con ostiones ahumados y ajonjolí tostado —mi receta—. 
  6. Ir a desayunar al restaurante Canica y pedir el sándwich de 3 quesos con vino tinto.   
  7. Ir en familia a mis pizzas favoritas: Leo’s Pizza en el centro de Coyoacán.
  8. Ir a la cabaña en las faldas del popo y detenerme en el mercado de Amecameca a comprar pistaches y leña para la fogata.
  9.   Desayunar un croque madame en Belmondo y pasear tomando fotos en los alrededores.
  10.   Jugar gotcha en el Ajusco y al terminar comer quesadillas del Ajusco con cervezas. 
  11.   Probar los tacos del Vilsito.
  12.    Cena romántica en el Azul Histórico y después subir a la terraza del Downtown por unos tragos.
  13.  Comer un yakimeshi del Tori Tori.
  14. Comprar tostiesquites en el mercado de Jamaica para llevarlos a casa y ver una película de arte.
  15. Salir de noche por un helado e ir a un concierto de la orquesta sinfónica de la UNAM en la Sala “Neza”.
  16. Pedir un Boing de fresa y palomitas grandes para ver un maratón de películas en la Cineteca.
  17.   No sé donde, pero unos tacos de marlin es el plan perfecto.   
  18. Ir al teatro y tomar una copa de vino antes o después de la función.
  19.  Regresar de shopping de alguna librería con unos 5 libros (alguno por fuerza de Xavier Velasco) y preparar café con leche para empezar la lectura (y unas galletas Oreo por gordo)
  20.  Escuchar alguna banda callejera en el centro de Coyoacán con una copa de vino o cerveza con Clamato.
  21. Ver una película en la sala de arte de Cinépolis o una de esas que traen “garantía Cinépolis” (porque por lo general son muy buenas aunque sean cine comercial) no importa, el chiste es pedir esos nachos con queso.
  22. Salir a pasear de noche al centro de Coyoacán con cámara y elote con mayonesa y queso en mano.
  23. Regresar en época de Halloween a Estados Unidos y tomar mucho Frozen Minute Made lemonade en Universal Studios.

Mary Gaby Hubard 

El omu rice del Tachinomi
  1. Tomarme una copa —una botella, en realidad— de vino blanco en Meroma, con un una ensalada de cogollos, un orecchiette y un postre de plátano con semolina y miel. 
  2. Irme a Puerto Escondido. A no hacer nada más que tomar cerveza y comer pescadillas. 
  3. Ir por un flat white a Quentin, después de correr en el circuito de Ámsterdam. 
  4. Perder la cuenta de los tacos campechanos que llevo en Los Cocuyos. 
  5. Ir por una cubeta de cervezas para mí sola al Salón San Luis. 
  6. Comer omu rice y tomar sake sin filtrar en el Tachinomi. 
  7. Pedir 3 tacos de achicalada con cuerito y uno de bistec con queso con salsa de tomate cruda en El Arroyito, mientras escucho todos los claxons del tráfico de la bandera de San Jerónimo. 
  8. Hacer una fiesta de hamburguesas, vino y cervezas con mis amigos. Susana Distancia no está invitada.
  9. Ir a casa de mi abuela, darle un abrazo (sin miedo a ningún contagio) y comer su carne tártara natillas de almendra de postre. 
  10. Comer una cabeza de pescado y helado de stracciatella en Elly’s
  11. Irme a Valle de Bravo con parada obligada en Los Cochinitos, por una gordita de chicharrón con queso y una orden de guacamole.