No hay un punto medio con el fruitcake, o te gusta o no. Lo que es muy probable que haya estado presente en las mesas navideñas de tu casa. Desde la antigua Roma este pastel ha sido capaz de adaptarse a los tiempos más que otros pasteles.
En un principio se utilizaban semillas de granada, piñones, vino y masa con cebada para elaborarlo. En la Edad Media se le empezó a agregar miel, fruta en conserva y algunas especias.
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Tiempo después, en el siglo XIX el pastelillo era popular para comer en las bodas en Inglaterra y posteriormente la Reina Victoria lo popularizó en las fiestas de Navidad.
Este postre es muy apreciado, ya que gracias a su alto contenido de alcohol y azúcar puede durar mucho tiempo refrigerado, el alcohol elimina las bacterias que este pudiera desarrollar. El fruitcake es un pastel pesado y de masa muy densa.
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Actualmente el fruitcake tiene varias versiones alrededor del mundo. En Italia se le llama panforte y se acostumbra a ponerle dátil o nuez, en Alemania se le pone azúcar en polvo encima y se llama stollen. En algunos lugares del Caribe se le pone ron antes de hornearlo para que el sabor no domine tanto.
Aunque en México no acostumbramos comerlo de manera tradicional, si es algo que se ve en algunas fiestas decembrinas, una buena opción para comprarlo es en Bakers o Sal y Dulce Artesanos.