Bekeb: un bar en San Miguel de Allende que ha sobrevivido a la pandemia gracias al apoyo local
Cortesía/ Fernando Farfán

Inaugurado en septiembre de 2019, Bekeb dentro del Hotel Casa Hoyos en San Miguel de Allende, tuvo que adaptarse ante la adversidad provocada por el Covid-19. La mixóloga Fabiola Padilla quien ha trabajado en la barra de Cosme y el Bar Diego en Nueva York tuvo que impulsar su negocio en medio de una crisis sanitaria y económica.

Ha sido súper complicado y un reto. La primera semana de marzo estuve en Nueva York y me tocó el shutdown y cuando regresé, me dije a mí misma: ‘viene para acá igual o peor’. Así que decidí cerrar Bekeb el 15 de marzo. Posteriormente, el día 19, San Miguel de Allende emitió un comunicado adelantándose a los mandatos federales informando que se cerrarían todos los lugares que no fueran de primera necesidad. Esa es una de las razones por las que ahora pudimos reaperturar con todas las medidas antes que otros lugares, porque aquí todo se adelantó. comenta la mixóloga.

Preocupada por la situación financiera Padilla habló con su papá, quien es inversionista de Bekeb, para armar un plan de contingencia. Pensé ¿ahora que hago? No tenía un colchón financiero porque le estaba metiendo lana a los primeros meses, como en cualquier negocio. Tuve que dejar mi departamento, me fui a vivir con mi hermana a pasar la cuarentena. Hablé con la dueña del hotel para poder conservar Bekeb y me ayudó cobrándome la mitad de la renta del local. Actualmente vivo en el hotel y sólo subo a la terraza”, platica la mixóloga.

Durante los primeros meses, con ganas de salir adelante y luchar por conservar su lugar, Padilla se puso a vender cócteles a domicilio y así poder pagarle a su equipo.

“Varias marcas y casas distribuidoras como Casa Dragones y Pernod Ricard  me apoyaron y mandaron cajas de alcohol para poder hacer los cocteles. Eso fue para poder darle un poco de dinero a mi equipo y para sobrevivir.

Mixóloga Fabiola Padilla

Fueron casi cuatro meses en los que tanto Fabiola como el equipo de Bekeb tuvieron que sortear los estragos de la pandemia.

“Para la reapertura no fuimos los primeros, ya que primero eran los lugares más necesarios. Después, con lineamientos estrictos tuvimos que pasar exámenes, llevar bitácoras de limpieza, marcar distancia en las mesas y, por supuesto, la aplicación de filtros sanitarios para poder hacer una apertura correcta. Nos recortaron la capacidad al 40%“.

Cortesía/ Fernando Farfán

Bajo esos lineamientos, Bekeb pudo empezar a a recibir gente en julio. Estoy muy agradecida con los locales, nos han apoyado muchísimo, vienen cada viernes y sábado.

Claro que con las nuevas normas es difícil sobrellevar los ajustes, ya que por ley todo cierra a las 10pm. Entonces tuvieron que ajustar su horario de 2:00 pm a 10:00 pm de jueves a domingo. Si no cierran a esa hora, podrían ser clausurados y multados.

Además, hay un filtro sanitario en la entrada de la ciudad para los turistas, dónde sólo puedes entrar si tienes un código QR con reservación en algún hotel o restaurante. Esto suma un reto más, ya que no es tan fácil que los clientes paseen y decidan entrar a un bar de manera espontánea como antes lo hacían.

Pero ante esto, se ha logrado hacer comunidad entre bares y restaurantes locales. Si alguna reserva no llega o ya llegaron al límite de personas, entre todos se recomiendan y se “mandan gente”.