Congelar los alimentos es una gran forma de conservarlos por más tiempo porque el proceso detiene el deterioro de la comida. Pero las cosas no siempre salen como quisiéramos y en ocasiones la comida se quema en el congelador por el frío y el aire.
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Esta quemadura cambia la textura y sabor de la comida. Seguro la has visto, en el pescado, pollo o carne el color de la porción afectada se oscurece y torna opaca. En las verduras altera la textura y al momento de descongelarla se vuelven demasiado blandas y porosas.
Sucede cuando la humedad que está en las capas exteriores de la comida se evapora y deja burbujas de aire en el tejido de la comida. Cuando esto pasa la comida es dañada por la oxidación y deshidratación. Eventualmente, con el tiempo todos lo alimentos sufren de quemadura tras ser congelados.
Sin embargo el proceso se puede acelerar por varios motivos, el más común es no sellar bien el empaque antes de congelar la comida. Evitar en mayor medida posible la exposición de la comida al aire es la mejor forma de prolongar la aparición de la quemadura en la comida —usar contenedores herméticos, doble cobertura plástica o bolsas resellables, por ejemplo—. Saca todo el aire posible del contenedor antes de sellarlo y nunca congeles alimentos que estén calientes. Acá puedes ver una guía más extensa sobre la mejor forma de congelar alimentos.