
Pocos aromas son más reconfortantes como el de una buena salsa de tomates. Más ligera cuando es un fileto o con más cuerpo cuando piensas en una boloñesa, se trata de una salsa onmipresente en las cocinas de casi todo el mundo. Y aunque su popularidad es mucha, a veces falla. Muy dulce o muy ácida, su sabor puede no ser el esperado.
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¿Es posible sacarle la acidez a la salsa de tomate? Sí, lo es. Con algunos trucos sencillos puedes salvar tu comida.

Entiende la acidez en la salsa de tomate
La acidez en la salsa de tomate proviene principalmente de los tomates frescos utilizados en su preparación. Si bien los tomates son una fuente natural de acidez, algunos pueden ser más ácidos que otros, dependiendo de factores como la variedad de tomate, su nivel de madurez y el método de cultivo.
Además, durante el proceso de cocción de la salsa, la acidez puede intensificarse debido a la concentración de los sabores. De manera que, más que tratarse de un error de técnica, la acidez de tu salsa proviene la mayor parte de las ocasiones de su ingrediente madre.
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Técnicas para reducir la acidez de la salsa de tomate

1. Agrega azúcar:
El azúcar es un neutralizador natural de la acidez y puede ayudar a contrarrestar el sabor ácido de la salsa de tomate. Para obtener mejores resultados, agrega el azúcar gradualmente, probando la salsa después de cada adición hasta alcanzar el equilibrio deseado. Comienza con una cucharadita y ajusta según sea necesario.
2. Incorpora zanahorias:
Las zanahorias son ricas en azúcares naturales y pueden ser una excelente manera de suavizar la acidez de la salsa de tomate. Simplemente pela y corta unas zanahorias en trozos pequeños y cocínalas junto con los tomates. Las zanahorias se descompondrán durante la cocción, agregando dulzor y suavidad a la salsa.
3. Usa bicarbonato de sodio:
El bicarbonato de sodio es un agente alcalino que puede neutralizar la acidez de la salsa de tomate. Sin embargo, es importante usarlo con moderación, ya que puede alterar el sabor de la salsa si se agrega en exceso. Agrega una pizca de bicarbonato de sodio a la salsa y mezcla bien.
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4. Añade productos lácteos:
Los productos lácteos, como la crema o la leche, pueden ayudar a suavizar la acidez de la salsa de tomate y agregar una cremosidad adicional. Simplemente añade un poco de crema o leche a la salsa y mezcla bien. Ten en cuenta que los productos lácteos pueden cambiar ligeramente la textura de la salsa, haciéndola más suave.
5. Incorpora verduras dulces:
Además de las zanahorias, otras verduras dulces como el pimiento rojo o la cebolla pueden ayudar a reducir la acidez de la salsa de tomate. Corta las verduras en trozos pequeños y cocínalas junto con los tomates para agregar dulzor y complejidad a la salsa.
6. Cocinaa fuego lento:
Cocinar la salsa de tomate a fuego lento durante un período prolongado puede ayudar a reducir la acidez y desarrollar sabores más suaves y complejos.
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