Bitácora del Paladar: Catorze en el 2023
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Arranca el año. La idea de nuevos y viejos sabores con nuevas presentaciones y perfecciones en la técnica es algo que muchos buscaremos al sentarnos en las mesas que más nos inquietan. Como en todo inicio, hay expectativas y enormes deseos de que todo salga bien. Los fogones no se apagaron en diciembre y quiero creer que las ganas de cocinar prevalecen por encima del cansancio. Muchos lugares han de abrir este año y algunas cocinas tendrán la oportunidad de consolidarse, mientras otras se derrumbarán por completo con el pretexto de la secuela del COVID o de la inflación económica. El sabor, la constancia y el hecho que cocinen marcara la diferencia. Un chef cocina, no hace redes sociales ni busca pretextos en su cocina, diría un querido amigo. Por mi parte, este año ha comenzando bien. Descubrí Catorze y ahí viví mi primera mesa del año.  La cocina de este restaurante nace de las manos del chef español Álvaro Crespo y se ubica en la polémica avenida Presidente Masaryk, donde todo puede pasar, si de paladares hablamos.

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El chef lleva casi tres años en México y desde su salida de Cuatrodeocho en Madrid, donde la mitad era barra y las otra mesas, aprendió y se apasiono por salir al salón para hacer la ronda de retroalimentación sobre su cocina. Crespo sabe escuchar y su atención refleja el espíritu de servicio y cariño sembrado desde el primer día.

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En Catorze, como en todo lugar de cocina española, no pueden faltar los boquerones que se acompañan con chips caseros y que sirven para abrir el paladar en la mesa. Los vinos que se sirven, así como los aperitivos han sido seleccionados por Andrés García quien se encarga de coordinar las salas del Grupo Castizo y quien, en su admirable obsesión profesional, busca traer calidad a la mesa en cada copa o vaso que se sirve.

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La sala que es amplia, goza de iluminación natural y la barra que está al final del restaurante  tiene mucho para crecer. La calidad de la cristalería y el juego de platos que se emplean en Catorze son dignos de un restaurante de altura con miras a la excelencia. Pero aquí lo que resalta con claridad es el sazón de su cocina.

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En su carta encuentras la cecina española de res con almendras fritas y aceite de oliva que es un plato que pocos llevan a la mesa en esta ciudad. También está la entrada obligada para pedir siempre, que son las gambas al ajillo con miel y que seguro harán que el pan que está en la mesa, se revuelque por el plato ante el sutil sabor bien logrado en esta trampa de mar y dulzor. Los huevos rotos quizás te distraigan un poco por su preparación inusual para este país, sin embargo, el sabor y la textura los pueden llevar a ser uno de tus platillos favoritos en cada ocasión que visites este lugar.

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El arroz de rabo de toro es algo a lo que uno no se puede resistir. El sabor es fuerte y la cocción del arroz es impecable, quizás por eso, para el buen conocedor de este arte, este plato es la delicia y el deseo llevado a la mesa.

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La lubina bilbaína con gambas es un plato que lleva la memoria a la mesa de Catorze. He visto algunos clientes cerrar los ojos ante el sabor y la cocción. Esto me lleva a pensar en la intensión de quien cocina y quien busca desde hace años, compartir desde el fogón lo aprendido en su tierra natal.

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No soy bueno dando lectura al futuro, pero por el sazón puedo pensar que Catorze dará mucho de qué hablar durante este año. Si puedes contradecirme discutamos esto con una tarta Santiago a la mesa, seguro así nos esucharemos mejor.

Dirección: Av. Pdte. Masaryk 61, Polanco

Instagram: @catorze.mx

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