Mi abuela paterna Rosa Martha, es oriunda de Estación González en Tamaulipas. Ella me ha enseñado todo lo que sé acerca de la comida norteña, desde los frijoles maneados hasta el exquisito arte de hacer tortillas de harina. Obvio en su casa las tortillas comerciales están prohibidas, entonces si quieres tortillas de harina, tienes que aprender y hacerlas tú mismo, yo creo que es de las primeras recetas que aprendí a cocinar en mi vida.
Cuando era chiquita mis abuela me ponía un banquito, una tina con agua tibia, harina, sal y una buena cantidad de manteca vegetal, para que yo practicara. La verdad mis tortillas parecían más bien tortitas de nata, pero no importaba porque una vez cocidas, mi papá se encargaba de rellenarlas de frijoles con tocino, queso fresco y salsa del abuelo (con una buena cantidad de cebolla cortada en pluma bien frita, un puño chiles serranos y jitomates).
Hacer tortillas de harina puede sonar fácil, pero tiene sus trucos. Aquí la forma oficial (de Doña Rosi) y los tips infalibles.
¿Qué necesitas?
1 kilo de harina refinada
1 Cucharadita de sal
1/4 de manteca vegetal
1/2 litro de agua caliente (que puedas tocarla sin quemarte)
1. En un bowl grande mezcla bien la harina con la sal y la manteca. Según me dijo mi abuela, debe parecer arena.
2. Poco a poco incorpora el agua caliente con tus manos. Van a salir una pequeñas burbujitas, aprovecha bien toda el agua y mezcla con la parte de abajo de tu palma, como si empujaras algo.
3. Una vez que todo esté incorporado, asegúrate de dejar reposar la masa por 10 minutos.
4. Divide en bolitas de masa de entre 15gr a 20gr —el tamaño de una pelota de golf—.
5. Ahora para estirarlas, el truco es tener un rodillo pequeño, el que se utiliza para el fondant funciona excelente. (Lo puedes conseguir aquí).
6. Estira de arriba a abajo en forma circular. No te aseguro que las primeras queden perfectas, las mías parecían huaraches las primeras veces. Eso sí, el sabor no falla.
7. Para la cocción, mi papá me enseñó que en cuanto empiecen a burbujear están listas para voltear. Ya que empiecen a tener motitas cafés en ambos lados tus tortillas están listas.
*Agradecimientos especiales a mi abuela por dejarme usar su receta para el bien común.
