Las marcas de moda están más interesadas que nunca en la comida

Según un reporte de Bain & Cos (expertos en análisis del consumidor mundial), este es el segundo año consecutivo que las ventas de la industria de alimentos y bebidas high-end son mayores que las de las marcas de ropa y accesorios de lujo. Al parecer, los retailers se han percatado de que van abajo en la carrera de ventas e intentan volver a la cima echando mano de los recursos de la industria que lleva la delantera.

Firmas como Burberry, Dior, Chanel y Tiffany han colaborado con chefs de la talla de Alain Ducasse y Pierre Hermé, para ofrecer experiencias donde se desdibuje la frontera que existe entre la industria de la moda y la de los restaurantes.

Giorgio Armani ahora tiene más de trece centros de consumo alrededor del mundo y afirma:  Siempre quise que Armani se convirtiera en una marca de expresión del estilo como una forma de vida: de simplicidad sofisticada como un signo de elegancia en cada campo. La comida, el cual es uno de los elementos más importantes del día a día, no puede faltar.

Foto: Emporio Armani

La Osteria Gucci dentro del Gucci Garden en Florencia es un gran ejemplo de cómo se puede evolucionar la experiencia tradicional del retail con una mezcla de museo interactivo, sala de cine, boutique y un restaurante Fine Dining. Osteria Gucci donde cocina uno de los chefs más emblemáticos del momento, ni más ni menos que Massimo Bottura.

Tenemos también el ejemplo de Hermés, que ha implementado lo que yo llamo branding experiencial. Se trata de una estrategia de marca que crea conexiones profundas con el visitante al incrementar su tiempo de permanencia. Diseñar un centro de consumo es una experiencia redonda: una marca además de ser tocada y vista por sus productos ahora también es saboreada, lo que genera una comunión integral con el usuario. Una bolsa Birkin de $400,000 es una posibilidad para muy pocas personas de la población, pero, ¿qué tal tomar un macchiato en Café Madang de Hermés? La marca amplifica sus posibilidades al incluir distintos cheques promedio en su experiencia. Esto permite crear cierta lealtad y captar a una nueva audiencia que se puede convertir en clientes recurrentes.

Finalmente, la industria de alimentos y bebidas y la del retail se rigen por tendencias, cuentan historias, buscan conectar con sus consumidores, tienen un estilo que los diferencia y las dos están dirigidas por creativos que transforman la materia. Como dice nuestro querido Massimo Bottura: Tanto la alta costura, como la alta cocina son una receta hecha en el cielo.

Contenido creado por Mero Mole