Entre el ánimo y la precaución: la reapertura de restaurantes en Monterrey

La cabeza de Grupo Pangea, Guillermo González Beristáin y de Cara de Vaca, Chuy Villareal cuentan cómo es la nueva normalidad para sus restaurantes.

junio 2, 2020

Entre el ánimo y la precaución: la reapertura de restaurantes en Monterrey

Foto: Juan Pablo Tavera

En el marco de ‘la nueva normalidad’, los restaurantes en Monterrey reabrieron sus puertas a los comensales a partir de la última semana de mayo. Una muestra del ánimo de los comensales, de cómo se adaptan los lugares y, tal vez, un ejemplo a seguir para las ciudades, como la capital del país, que todavía no levantan las restricciones sanitarias.

Los restaurantes de Grupo Pangea —Pangea, Bardot, La Embajada, Reynita, entre otros— del chef Guillermo González Beristáin recibieron comensales por primera vez en diez semanas. En la primera noche algunos comensales se aventuraron, para el segundo día ya contaban con 30 reservas, cuenta González Beristáin, quien ve a la gente con ánimo: “hay de todo, pero esta la clientela que tiene ganas de salir, que confía en las medidas de sanitización y en su sistema inmunológico”, añade.

Algunas de las medidas que se han implementado en los restaurantes de este grupo, ubicados en el municipio de San Pedro Garza García, consisten en asegurar una distancia de 2 metros entre cada mesa (reduciendo al 50% la ocupación), en que los meseros usen tapabocas y lentes de protección y que en las mesas haya atomizadores con sanitizante, menús en código QR y en versiones desechables. En la cocina se han implementado nuevos protocolos: como una alarma que suena cada 20 minutos para sanitizar todas las áreas de trabajo y que los cocineros se laven las manos.

Al inicio de la cuarentena González Beristáin decidió parar las operaciones de sus restaurantes, pensando que las medidas de distanciamiento solo durarían cuatro semanas. “Con la cercanía con Estados Unidos se nos contagió más el tema del miedo, la incertidumbre y de lo que podía venir,” explica. Cuando el llamado a quedarse en casa se prolongó, Grupo Pangea viró al esquema de delivery y a la venta de abarrotes, dos alternativas que les permitieron seguir a flote y que mantendrán mientras la ocupación de los restaurantes esté baja.

Para Chuy Villarreal fundador del restaurante Cara de Vaca y socio de las taquerías Orinoco, en Monterrey y Ciudad de México el cierre fue repentino. “Hablamos con amigos del medio para preguntarles que se hacía, esperando tener una respuesta de un experto, pero la verdad es que es que nadie sabía absolutamente nada, nos apagaron la luz a todos y tocaba entender, día a día, para dónde iba la cosa,” nos cuenta sobre su experiencia sorteando el ‘reto coronavirus’. “Hay negocios que están más diseñados para enviar comida a las casas, para Cara de Vaca fue muy complicado” apunta Villareal, pues en su propuesta el lugar es parte orgánica de la experiencia “si nos quitan el lugar, pues nos quitan el alma y es muy importante mantenerla”.

Cara de Vaca volvió a dar servicio de piso el domingo 31 de mayo y el comedor del restaurante se llenó de comensales. El equipo de Villareal está trabajando con medidas de higiene estrictas y mucha más consciencia sobre el trato a los alimentos. Como las nuevas precauciones sugieren, las mesas no están montadas, los meseros y cocineros tienen cubrebocas y hay gel sanitizante en el restaurante.

Aunque Cara de Vaca abrió con buen ánimo, Chuy advierte que hay que estar preparados para otra posible ola de contagios. “Nos va a tocar vivir un rato con el bicho entre nosotros y pues vamos a ir midiendo hasta dónde es posible pasarla bien. Hay que adaptarnos y mantenernos seguros nosotros para tener seguros a nuestros clientes” agrega.  

“No estoy esperando tener el mismo negocio que teníamos hace tres meses” dice González Beristáin de cara a la nueva normalidad “es importante ajustarse y darle la vuelta a las cosas. Ver cómo te haces más rentable y eficiente y cómo puedes inventar otros negocios que te permitan generar ingresos distintos a lo que planeaste o imaginaste que iba a hacer. Hay que mantener el ánimo”, concluye.

Artículos relacionados