La cerveza de jengibre y el ginger ale comparten el mismo tono, son similares en textura e involucran a los mismos ingredientes. La diferencia principal es que una se obtiene tras un proceso de fermentación, mientras que la otra es simplemente agua carbonatada con sabor a jengibre.
La cerveza de jengibre se prepara con y sin alcohol. La primera nació en Reino Unido, donde se volvió muy popular, aunque fuera de este país es mucho más común toparse con la versión virgen. Su sabor (antes y ahora) es mucho más intenso que el de un refresco de jengibre y mucho más umami. Se hace con azúcar, jengibre natural, agua, limón y un cultivo iniciador (cultivo microbiológico) para lograr una fermentación. Se le bautizó como ‘cerveza’ justo por este tipo de fermentación y porque su graduación alcohólica rondaba el 11%.
Las cervezas de jengibre modernas, y comerciales, contienen aproximadamente 0.5% de alcohol por la fermentación y no están clasificadas como bebidas alcohólicas.
Las burbujas se forman de manera natural en la bebida y son mucho más ligeras que las de un refresco. Se usa en bebidas como el Moscow Mule y algunas Margaritas.
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El ginger ale entonces no es otra cosa que un refresco sin alcohol, con saborizante de jengibre, de burbuja intensa y sabor mucho más dulce. Se utiliza para preparar cocteles con whisky, mientras que la cerveza de jengibre.