Nuestro amor por el atún aleta azul podría significar su fin

¿Seguirías ordenando este pescado aún sabiendo que podría ya no existir en el futuro?

abril 23, 2019

Nuestro amor por el atún aleta azul podría significar su fin

Foto: Jonathan Forage / Unsplash

Una caída del 95% en la población de atún aleta azul, reportada por el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF), fue anunciada hace 5 años. En este reporte se alentaba a disminuir la pesca de la especie en un 50 por ciento para darle oportunidad de recuperarse. Pero nuestro antojo por sashimis, nigiris, tostadas, tiraditos y ceviches de atún no disminuye, sino todo lo contrario. El desarrollo de nuevas tecnologías ha significado un gran avance en varios procesos, pero en algunos casos quizás nos los ha facilitado demasiado. Como con la pesca, nos volvimos demasiado buenos, ¿el resultado? La sobrepesca y la explotación del mar. Y aunque todas las especies marinas se ven afectadas por la industria pesquera, las perdedoras son las que más consumimos. Una de las especies que más afectadas por esto es el atún aleta azul. Debido a la popularización de la comida japonesa en el mundo y las subastas de atún en el mercado de Tsukiji, cuyo récord llegó a los $3.1 millones de dólares por un pescado 278 kilogramos este año, se trata de una de las especies más preciadas. Con este valor, no es difícil entender por qué los pescadores se esmeran en seguir atrapándolo, hasta llevarlo al borde la extinción. El atún aleta azul la especie más grande de atún —llega a pesar hasta 680 kg y medir hasta 4.5 metros— por lo que obtener un ejemplar joven o adulto significa una pequeña fortuna. Pero la velocidad a la que lo estamos pescando no está permitiendo que cumpla con sus ciclos reproductivos y esto ha puesto demasiado estrés en la especie. Además, tratándose de uno de los principales depredadores de peces medianos, su desaparición tendría resultados preocupantes en el ecosistema marino.
 
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La iniciativa Seafood Watch del Acuario de Monterey Bay, busca asesorar a los restauranteros y consumidores sobre las especies en peligro. En todos los reportes el atún aleta azul aparece como un producto que hay que evitar. Una de las soluciones que se ha buscado es el aumento de granjas de atún. Pero el problema es que incluso los atunes de granja tienen un impacto en la especie, ya que para abastecerlas toman atunes de poblaciones salvajes, además alimentarlos representa un desequilibrio en la población de los otros peces. En su reporte indican que se requiere de un promedio de 20 toneladas de pescados salvajes para producir una sola tonelada de atún de granja. Varios chefs, como Dan Barber de Blue Hill Farm, Michael Ciramutis, de Providence y Alex Atala de D.O.M., se rehúsan a servir el pescado en su restaurante, debido a que quieren alentar a la recuperación del atún aleta azul. En México, uno de los principales países pescadores de atún (junto con Japón, EUA y Canadá) existen esfuerzos de pesca sustentable para tener peces de granja, pero nosotros —los consumidores— también debemos aprender a variar nuestra alimentación y no pedir siempre lo mismo. Lo más fácil que puedes hacer para ayudar a recuperar la especie, es dejar de ordenarla en restaurantes, o al menos disminuir tu consumo. En Contramar por ejemplo, han sacado una alternativa a su icónica tostada de atún que lleva trucha y en realidad es igual de sabrosa. Diversifica el rango de pescados que comes y descubrirás nuevos sabores. Finalmente la cadena de consumo termina en nuestra mesa y si comenzamos a exigir productos distintos, estaremos aportando a un cambio mayor que asegurará el futuro del pez más grande del mar.

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