La historia de La Texcocana inició en 1936, de la mano de los abuelos de don León Sánchez Ríos, tercera generación del negocio familiar. Después de mudarse de Texcoco a la Ciudad de México y vender tortas en una canasta de tijera, los abuelos de don León abrieron una miscelánea frente al Teatro Metropólitan.

Al inicio era una miscelánea donde vendían queso, sardinas, enlatados e insumos de cocina. Pero la zona estaba llena de comercios y oficinas, por lo que mucha gente les empezó a pedir tortas para llevar, elaboradas con lo que tuvieran a la mano. Así comenzó la tortería.

Posteriormente, en los años 90, don León y su familia abrieron otra sucursal en la colonia Juárez, con la misma sazón y calidad que las de su abuelo. Las tortas de La Texcocana están inspiradas en las poblanas: chiquitas y sencillas, pero llenas de sabor.

Todo se hace en casa, menos el pan y los chipotles. Los chiles encurtidos son receta secreta de la familia y han pasado por cuatro generaciones.

“Aquí conservamos la tradición y cocinamos con los ingredientes con los que empezó mi bisabuelo. Hacemos el bacalao, receta de la bisabuela, y lo tenemos todo el año. Las carnitas las hacemos sin menudencia y se hacen en casa. Nuestras tortas son muy ligeras y dan oportunidad para que te comas dos o tres”, afirma Danae Sánchez, bisnieta del fundador.

Juan Pablo Espinosa

Tortas para todos:

Don León cuenta que debido a que en la zona centro hay muchos negocios de dueños judíos, incluyeron —su ya mítica— torta de aguacate, a la cual se le puede poner queso blanco, si el cliente lo pide.

Las teleras son elaboradas especialmente para la tortería en una panadería del Centro Histórico. Los insumos se compran en la Merced y todo lo demás se prepara en casa.

¿Sabías que…?

Las imperdibles de La Texcocana:

La de carnitas, la de bacalao, y la favorita de don León: de paté con jamón.

Dirección: Hamburgo 281, Juárez, Cuauhtémoc. / Av Independencia 87 A, colonia Centro.