En el Reino Unido se está cocinando una nueva legislación en favor de los derechos de los animales. Específicamente para amparar a las especies marinas que sufren una muerte lenta y dolorosa para el consumo humano, como las langostas.
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El Proyecto de Ley de Bienestar Animal actualmente solo protege a los animales vertebrados. Aunque actualmente se encuentra en revisión por el Parlamento del Reino Unido, lo que se considera un gran paso en la conservación y respeto a la dignidad de estas especies.
La práctica de hervir langostas vivas se realiza desde hace cientos de años. Hay registros de cocineros usando este método desde 1880. En un inicio se decía que esto ayudaba a que el plato se viera y supiera mejor. Más tarde los cocineros argumentaban que al hervir al animal vivo se reducía el riesgo de intoxicación alimentaria, ya que diferentes microorganismos prosperan en la carne en descomposición de las langostas y otros mariscos. Por lo que cuando mueren solo es cuestión de horas para que las bacterias aparezcan, cosa que se evita al meterlo vivo en una olla con agua hirviendo.
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Bajo el argumento de las bacterias y de que las langostas no sienten nada, por años se ha permitido hervirlas vivas en la industria de la gastronomía. Sin embargo, existen diferentes investigaciones que alertan que las langostas tienen un sistema nervioso central y sienten dolor.
Tras estas investigaciones países como Suiza, Nueva Zelanda y Noruega, ya han desarrollado legislaciones que prohiben hervir langostas vivas y, en su lugar, proponen aturdir al animal antes del procedimiento para evitar que sufran demasiado al morir.
Además de las langostas, la ley inglesa amparará a otras especies consideradas sensibles como pulpos, calamares e invertebrados. De ser aprobada, los pescadores y chefs que sigan utilizando este tipo de técnicas al trabajar con estos animales sufrirán las consecuencias.
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A pesar de que para muchos esto puede significar un golpe a la industria alimentaria, con la información disponible y la supervisión de la Conservative Animal Welfare Foundation, el gobierno inglés decidió apoyar la inclusión de decápodos y cefalópodos, como las langostas, a la nueva ley de sensibilidad a la que consideran una buena decisión y un antecedente para más normativas dedicadas a proteger a los animales.
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