
Nunca subestimes el poder del gravy en tus platillos: les da sabor, jugosidad y textura. Y aunque en muchos lugares lo venden ya preparado, no hay como hacerlo en casa y aprovecharlo al máximo. Aquí te decimos cómo hacerlo para que combine bien con cerdo, pollo, pavo, res o incluso encima del puré de papa o bisquets calientes.
También te puede interesar: ¿Cómo dominar la sopa de cebolla?
¿Cómo hacer un gravy que quede con todo?
1 taza de mantequilla
1 taza de harina de trigo
1 taza de caldo de res (colado y sin grasa)
1/2 taza de crema para batir
Sal y pimienta al gusto
Hay muchas formas de preparar gravy y cada quién tiene su técnica. A mí me gusta hacer primero un roux. Consiste en poner la mantequilla a derretir en una olla mediana y agregara poco a poco la harina. Para tener mejores resultados mueve con un globo pastelero, la consistencia debe ser espesa (como la de una crema de cacahuate). Cocina por 4 minutos, para que el sabor a harina cruda se vaya.
Después, es hora de agregar el caldo de res. Poco a poco incorpora con el globo pastelero, hasta que esté terso. Si notas que está muy seco añade 1/2 taza más de caldo y revuelve muy bien.
No es necesario, pero un poquito de crema para batir, le da cremosidad y más sabor a la mezcla.
Sazona con sal y pimienta, deja que hierva. Siempre es bueno probar el sabor y de ser necesario, corregir con un poco de sal o más pimienta.
Si le quieres dar un toque extra de sabor, un poco de tomillo espolvoreado, le da el toque navideño perfecto.