La sopa de cebolla es un platillo originario del centro de Francia. Sus primeros fueron en el libro Viandier del cocinero francés Taillevent, donde explica el procedimiento de una sopa con cebolla y caldo, muy rústica.
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En el siglo XIX, La sopa de cebolla era consumida (en su mayoría) por la clases más bajas, ya que era un platillo barato. El mercado de Le Halles en París era famoso por sus puestos ambulantes repletos de sopa de remolacha o cebolla. Tiempo después lugares como el Au Pied de Cochon (cerca del mercado) se hicieron muy populares por su sopa de cebolla.
Aquí algunos tips para que hagas tu propia versión.
¿Qué necesitas para tu sopa de cebolla?
4 cucharadas de aceite oliva extra virgen
4 cucharas de mantequilla
4 cebollas doradas o amarillas
Sal al gusto
2 1/2 litros caldo vegetal
4 cucharadas de harina
9 rebanadas de pan campesino, una buena opción es el de masa madre.
3 tazas de queso gruyere
¿Cómo hacerlo?
Primero corta las cebollas en pluma (a lo largo) y reserva.
Después, en una olla añade el aceite y la mantequilla y sofríe las cebollas hasta que estén transparentes.
En paralelo, tuesta el pan en un satén hasta que esté dorado. Reserva.
Añade el caldo a las cebollas y deja que hierva. Prueba con una cuchara y añade más sal si es necesario.
En un sartén, coloca la harina y deja que se dore por 2 minutos. Incorpora a la sopa y mezcla muy bien. Deja que de un hervor y vuelve a corregir el sabor con sal. Esto ayudará a que espese, es como hacer un roux.
Para el montaje:
En una cacerola, coloca el pan tostado y encima la sopa, corona con el queso gruyere y mete al horno, hasta que esté dorado.
Tip:
-La puedes poner en recipientes de cerámica individuales para que sea más fácil servir.
-Para la sopa de cebolla perfecta, nunca es suficiente queso, sé generoso y añade extra.
