Tener a la mano ideas para salir de la típica salsa de tomate cuando preparas tus pastas siempre ayuda. Por lo general, muchos de los ingredientes los tenemos en casa y solo hay que hacer algunos ajustes para darle un giro a tus platillos.
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Aquí te presentamos algunas opciones de salsas básicas
Bechamel
La bechamel es una de las salsas madre que se hacen con un poco de harina y mantequilla. Se le pone leche, sal, pimienta y nuez moscada. Queda perfecto para hacer canelones, lasaña o cubrir un pasta al horno. Procura no tener el fuego muy alto, para evitar que se queme.
Carbonara
La carbonara no es una salsa como tal, pero sí es una preparación que se utiliza para cubrir pastas cortas o espaguetis. La preparación original no lleva crema ni leche, se hace a base de huevo, queso parmesano y pancetta o guanciale. En casa le puedes poner trozos de tocino en lugar de pancetta.
Pesto
El pesto es una de las salsas italianas típicas de la parte norte de Italia. Y aunque originalmente se hace con piñones albahaca, ajo, parmesano, sal y aceite de oliva, para fines prácticos y económicos puedes usar nuez pecana en lugar de piñones.
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Arrabbiata
Esta salsa romana se elabora con jitomate, ajo y peperoncino. Una buena opción al prepararla es usar jitomates frescos, pero si no tienes, usa de lata. Poquito chile seco molido al principio del hervor también le da un buen sazón.
Al burro
De igual manera, no es que sea una salsa como tal, pero es una preparación que sirve para cubrir todo tipo de pasta. Una vez que tu pasta esté casi al dente, prende un sartén y coloca una buena cantidad de mantequilla (aproximadamente 1/4 de taza) y corta finamente un puño de perejil. Si lo deseas, cuela la pasta y agrega de inmediato al sartén con mantequilla. Sazona con sal y pimienta.
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