La fruta del monje o lou han, se está volviendo muy popular en dietas como la cetogénica o paleolítica, ya que es un endulzante que no aporta calorías. Esta fruta ha sido utilizada durante siglos por los monjes del Sudeste Asiático para reducir síntomas del resfriado común, para ayudar a la digestión y para endulzar bebidas.
La fruta del monje es mucho más dulce que la caña de azúcar o la estevia. Y al menos 3 cucharaditas de ella equivalen a 1 cucharadita de azúcar regular aproximadamente. Es una fruta que además de no contener calorías, tiene cero índice glucémico. La mayoría de las marcas que procesan la fruta del monje sólo la mezclan con un mínimo porcentaje de eritritol, que es es un edulcorante natural que se produce en frutas y alimentos fermentados.
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No sólo las personas que buscan reducir su consumo de calorías y azúcar lo usan. Debido a que no eleva los niveles de azúcar en la sangre, suele ser un endulzante seguro para personas diabéticas. De acuerdo un estudio realizado en el 2018 por la Asociación Americana de Diabetes, este tipo de edulcorantes, por su estructura y composición no representan un riesgo, siempre y cuando el paciente consulte con un médico antes de consumirlo.
Con ella puedes preparar pasteles, cremas y endulzar tu café. Eso sí, toma en cuenta en que es realmente dulce, así que al cocinar o utilizarla empieza con una cucharadita y ve ajustando tu receta.