Wine bars en CDMX: lugares emergentes para conocer los sabores y texturas del vino

La apertura de estos espacios es una tendencia que ha ido en aumento durante los últimos años.

Una gran alternativa del “vamos por un café” es un “vamos por una copa de vino”, especialmente en estos tiempos en los que esta bebida se volvió una fiel acompañante de las largas horas de encierro. Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura, el consumo de vino creció 6.5% en 2020 en nuestro país, el mayor aumento en cinco años.

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Los bares dedicados a los vinos han existido alrededor del mundo desde hace siglos, pero en México no eran costumbre. Antes, para disfrutar una copa debíamos ir a aquellos restaurantes que tenían una cava digna de admirar, especialmente diseñada para acompañar su menú. Y aunque en las últimas décadas estos espacios han ampliado su oferta -a tal grado que en la Ciudad de México tenemos la cava más grande de Latinoamérica en el hotel Presidente de Polanco-, la estrella de esos lugares sigue siendo la comida.

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Foto:. Juan Pablo Espinosa

Esto ha ido cambiando poco a poco, gracias a lugares que le dieron la vuelta a este concepto, redujeron sus cartas y empezaron a compartir con sus comensales información sobre el origen de sus vinos. Lugares como Le Tachinomi Desu (2016) y Loup Bar (2017), se volvieron favoritos de los conocedores no solo por darle el foco al vino, sino por su original propuesta. Ellos fueron de los primeros que empezaron a ofrecer etiquetas de vinos naturales, biodinámicos, funky, de productores pequeños y originarios de muchos otros lugares del mundo además de Italia, Francia y España, como Dinamarca, Austria, Suecia, Alemania y República Checa, entre otros. Donde además, la comida es un complemento al vino, no al revés.

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Desde entonces, proyectos como Simon (2018), Local 1 (2019), Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles (2020) ,Vigneron (2020), Sete (2021) y Hugo (2021) se han convertido en espacios para disfrutar y compartir sabores y conocimiento alrededor de esta bebida en la Ciudad de México.

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Foto: Juan Pablo Espinosa

Esta tendencia también está presente en otros puntos del país, como Guadalajara, que tiene conceptos con un poco más de edad, como Romea (2014), Rayuela (2016) y Troquet (2016); y algunos más recientes como Ni Muy Muy ni Tan Tan (2021), que en realidad es una tienda de vinos, pero con reservación recibe hasta 6 personas para catar y aprender de sus etiquetas; y Turbio (2021), un lugar casual con una carta de vinos naturales muy interesante.

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Y si a esto le sumamos los wine bars establecidos alrededor y en las zonas vinícolas de Ensenada, Querétaro y Guanajuato, podemos afirmar que decir “vamos por una copa” cada vez será más común y una experiencia más completa. Lo complicado será decidir a dónde.

3 consejos para pedir un buen vino en un wine bar

1. Pide recomendaciones. Siempre pregunta, es lo mejor que puedes hacer. Quítate la pena de “no saber” y deja que el sommelier a cargo te guíe. Ellos siempre están dispuestos a ayudarte.

2. Sé claro con tus gustos. cuando te pregunten qué tipo de sabores prefieres, no te hagas el cool. No tiene nada de malo que te guste algo dulce o fresco, seguro hay algo que se acomoda a eso. Y si lo que te recomendaron no te gustó, también dilo. El punto es que pruebes y encuentres algo que se acomode a tus preferencias, para que disfrutes la experiencia al máximo.

3. Lleva un registro. Si alguno te gusta, tómale foto o anota su nombre y tipos de uvas. Esto puede ayudarte como referencia para próximas veces o en otros lugares.

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