Umami: el quinto sabor que transformará tus platillos

Es la pólvora que transforma cualquier comida casera, un arma poderosa que seguramente tienes en la alacena.
miso

El umami es un golpe que te sorprende en la parte central de la lengua, potente, como un gancho al hígado, que se queda impregnado en la memoria gustativa. Este año, que pasamos más tiempo en la cocina, es un buen momento para experimentar con ingredientes que tienen el quinto sabor.

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¿A qué sabe?

Su sabor es todo un artilugio de delicias. Al entrar en contacto con la lengua, algo en los sentidos se activa. Sabores desconocidos resaltan en el paladar. Es esa característica salada y rica en boca que hace que no puedas dejar de comer. Aunque nos relacionamos con este término hace relativamente poco hay muchos elementos en la alacena, de uso cotidiano, de los que puedes echar mano para explorar este sabor.

Aquí van algunos ejemplos

Jitomate: uno de los vegetales con mayor uso gastronómico que se disfruta a manera de salsa en una pizza o en una pasta, como guarnición y como condimento para las papas fritas.

Té verde: el glutamato y L-theanina presentes en la bebida aportan dulzor y sabor umami. Se encuentra en tés como gyokuro, matcha y el sencha kabuse.

Salsa de soya: sus propiedades equilibran el resto de los sabores gracias a la fermentación que experimenta el haba de la soya cruda.

Quesos: el umami aumenta en alimentos que se someten a una fermentación y maduración. Cuanto más añejo y fuerte sea el queso, mejor será el sabor a umami.

Caldos: son la base de sopas, salsas y platillos completos que resaltan el umami.

Miso: este sabor entre fermentado y salado juega muy bien con los postres. Atrévete a preparar un betún de chocolate con un toque de miso.

Salsa de ostras: su versatilidad permite llevarla como marinado, para glasear, con tofu o para cocinar verduras.

Levadura nutricional: utilízalo como condimento en pastas, arroz y hasta en las palomitas. Es rica en vitaminas del complejo B.