La frittata es un platillo a base de huevo originario de Italia, que se acostumbra a comer como lunch o snack durante el día. La preparan en Francia, Italia y algunos lugares de Suiza. La maravilla de este platillo es que se puede preparar con las sobras de tu refrigerador.
Se podría decir que la frittata es prima de la tortilla de papas o el omelette, ya que ambos llevan bastante huevo, complementos y está hecho en forma de tortilla. Aquí te dejamos algunos tips para que hagas la frittata perfecta y de paso aproveches los guisos de tu refrigerador.
Utiliza un buen sartén
Un sartén de hierro forjado o de acero inoxidable son la mejor opción para que no se pegue mucho la frittata en el sartén. Procura que cuando ya tengas lista tu mezcla de huevo lo añadas por capas. La primera capa de huevo con espinacas o un guiso, luego deja cocer por 30 segundos y pon la siguiente capa de huevo, así queda un poco mejor cocida y se distribuye mejor la mezcla.
Mitad mantequilla y mitad aceite de olivo
Cuando yo preparo una frittata, me gusta sofreír primero algunas cebollas con la mitad de mantequilla y la mitad de aceite olivo. Una vez que estén cocidas y bien transparentes, ya añado la primera capa de huevo. Esto le da mucho sabor a la mezcla y un poco de textura a la cubierta de la frittata.
Usa las sobras
No importa si son verduras cocidas, pollo de una tinga o incluso algunas sobras de jamón ibérico y queso parmesano. Todo queda bien en la mezcla de huevo. Eso sí, asegúrate que las sobras estén en buen estado y no olvides ponerle un poquito de sal y pimienta para darle un extra de sabor.
Siempre añade leche o queso
Un poquito de leche cuando bates los huevos hace toda la diferencia. De igual manera si tienes sobras de crema para batir, unas dos cucharadas harán que la mezcla sea mucho más cremosa.
El queso funciona perfecto en las frittatas, es como un pegamento. Intenta ponerle un poco de mozzarella o parmesano cuando vayas en la segunda capa de huevo.
