De un tiempo para acá —afortunadamente— la tendencia de comida orgánica ha cobrado fuerza. Sin embargo, es comprensible que no todo el tiempo podamos invertir tiempo y dinero en ir a un mercado orgánico o comprar todo eco-consciente. Sin embargo, hay ciertos productos que sí es mucho mejor comprar libres de pesticidas y químicos.
Espinaca
Muchas empresas de espinaca empaquetada (o incluso algunas que venden en el mercado) no tienen las mejores prácticas para manejar su gran demanda. Con tal de ahorrar tiempo y costos, utilizan demasiados pesticidas para asegurar que su cosecha sea constante.
Lechuga
Sí, las lechugas exhibidas en los pasillos del supermercado se podrán ver muy bonitas y crujientes, pero la realidad es que al igual que las espinacas estas son rociadas con químicos para que duren más y para que su aspecto sea mucho más llamativo.
Pollo y huevo
La industria del pollo y el huevo es de las más explotadas en el mundo, cuando los compras en el supermercado es difícil saber en qué condiciones (salubres) vivieron y cuántas hormonas han sido incorporadas a la genética de las gallinas. Comer pollo y huevo comercial, puede resultar dañino para la salud e incluso puede incrementar la posibilidad de tener problemas hormonales. Si lo compras orgánico, no tendrá hormonas y además, el trato a la gallinas suele ser mucho más amable.
Jitomate
En el supermercado es común ver jitomates perfectos, algunos incluso de tamaños inimaginables, de color rojo vibrante y sin golpes. La realidad es que la naturaleza no es perfecta y no todo es uniforme, la belleza de la diversidad en los alimentos es justo que no hay medidas ni tonos específicos. En el mundo existen cientos de variedades de jitomate. Los hay negros, amarillos, verdes, morados, cherry, rinón, guaje, bola y pera. Es mejor comerlos orgánicos porque no están modificados genéticamente para ser perfectos y rojos brillantes.
