
Para el chef Freedom Nxele, cocinar era un tabú. Nacido en Pietermaritzburg KwaZulu-Natal, en una comunidad acostumbrada a mirar la cocina como una tarea doméstica destinada sólo para las mujeres. Después me fui a estudiar a un internado y aprendí a cocinar para mí, recuerda, no sabía freír un huevo pero a los seis meses ya me había enamorado de la cocina, comenta.
Con el tiempo, Nxele logró contagiar a su padre el entusiasmo por la cocina y decidió convertirla en su carrera profesional, una que lo llevaría por cocinas de hoteles de altos vuelos y eventualmente a África, donde hoy está a cargo de las experiencias gastronómicas de los campamentos premium de Wilderness Safaris, donde una buena comida puede acontecer en parajes remotos enmarcada por áreas naturales.
Desde hace más de 35 años, Wilderness Safaris pionera en el turismo de preservación se dedica a proteger algunos de los lugares naturales más sorprendentes del continente africano, siempre con la premisa de integrar a las comunidades locales y de guardar respeto por las culturas ancestrales de cada destino, alejándose por completo de esquemas masivos y la sobreexplotación.
Aunque alejados de la vida urbana, los campamentos de Wilderness Safaris procuran a sus huéspedes experiencias que les hagan sentir cómodos y prácticamente en casa. Para Nxele, eso implica organizar menús personalizados y ofrecer detalles y gestos de hospitalidad en cada paso de la experiencia: cócteles, danzas, fogatas, aperitivos, almuerzos en la naturaleza, donde el champagne convive con la fauna salvaje.
Esta combinación entre confort y aventura nació en Botsuana con dos enamorados de los safaris y África: Colin Bell y Chris McIntyre. Una dupla que fundó en 1983 el proyecto Wilderness Safaris, para ofrecer una ventana a las culturas africanas y la riqueza del ecosistema local.
¿Cuánta riqueza? Sólo hay que mirar un mapa para responder y poner atención ahí donde está el imponente desierto de Kalahari, que ocupa gran parte del territorio de Botsuana, al norte de Sudáfrica, se topa con los bosques en Linyanti-Chobe y los humedales del delta del Okavango, un sistema de ríos, canales y planicies, rico en flora y fauna, considerado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Un escenario en el que habitan manadas de elefantes, antílopes y cebras, grandes mamíferos como jirafas e hipopótamos y depredadores como leones, leopardos y guepardos.
Una de las experiencias icónicas es Mombo Camp, insignia de Wilderness Safaris, un lugar de gran tradición de los safaris en África, que sumerge al viajero en una fértil isla de casi 3 mil kilómetros, donde se ha llevado a cabo un exitoso programa de conservación de rinocerontes, en colaboración con el gobierno de Botsuana, desde 2001.
Además de la imponente riqueza natural en la que no es inusual presenciar el rito de caza de una manada de leones o toparse con rinocerontes blancos pastando en libertad y fuera del peligro de la cacería ilegal, Mombo Camp es conocido como un destino de lujo, en el que destacan la atención al detalle y el diseño.
Aquí los huéspedes se hospedan en tiendas de campaña opulentas, con instalaciones que procuran todo gimnasios, albercas, bar, spa, librerías para disfrutar de actividades como un pícnic durante el día, una cena tradicional bajo las estrellas o una reunión alrededor de la fogata para revivir las experiencias del día. Todo lo necesario para un viaje que, se presume, habrá de cambiarte la vida.
Desde su fundación, Wilderness Safaris organiza travesías en África del Sur y África del Este, en países como Sudáfrica, Botsuana, Namibia, Zambia, Zimbabue, Kenia, Tanzania, Uganda y Ruanda. Cuenta con más de 40 campamentos propios, además de vehículos terrestres, oficinas y aviones.
¿Cómo llegar?
Viaja a Sudáfrica para hacer conexión a Botsuana, a la ciudad de Maun, para volar en una avioneta Cessna o Caravan, a los campamentos.
Recomendaciones extra
-Lleva equipaje ligero.
-Si sólo viajas a Botsuana, es necesario tomar pastillas contra la malaria.