A tu sándwich de Nutella le falta algo… es queso azul

La chef Dominique Crenn aprueba esta combinación, así que la intentamos replicar
nutella y queso azul

Por mucho tiempo escuché que la combinación de queso azul y chocolate funciona sorprendentemente bien, pero nunca pensé en comerlos juntos en un sándwich. Es decir, hasta que Dominque Crenn nos dijo que una de sus combinaciones de sabores favoritas de todos los tiempos es el queso azul y la crema de chocolate y avellanas.

“Me encanta poner queso azul y crema de chocolate juntos en un brioche; es delicioso”, dijo la chef a Food & Wine Estados Unidos. “Untas el queso azul —tiene que ser francés, obviamente, Roquefort—. Lo esparces y dejas que se derrita por un segundo, luego le pones el spread estilo de Nutella. Lo cierras y lo pones a tostar”.

Me encontré con Crenn en la duodécima edición anual de Cayman Cookout, organizada en el Ritz-Carlton de Gran Caimán, y cuando admito que cuando describió el cuasi grilled cheese, estaba escéptica. Pero parecía una receta bastante simple y cuanto más lo pensaba, más tenía sentido. El rico sabor a chocolate del untable podría ayudar a templar el funk del sándwich. Además, el queso y el chocolate no son completamente extraños entre sí, entonces, ¿por qué no combinar estos dos? Tenía que intentarlo.

Regresé del supermercado la semana pasada preparada con un brioche francés, el requerido Roquefort y Nutella. Ten en cuenta que Crenn me dijo específicamente que no usara Nutella para este plato —ella prefiere el spread casero de avellanas—. Sin embargo, teniendo en cuenta las opciones disponibles en mi tienda local y mi energía mínima entre semana, tenía que funcionar. Así que alineé todo, saqué mi sartén de hierro fundido y me puse a trabajar. 

Con el calor en el límite entre bajo y medio, derretí una cucharada de mantequilla y puse las rebanadas de pan sin la Nutella y el queso. Luego, abrí el Roquefort y comencé a cortar migajas para agregar encima de cada rebanada, extendiéndolas lo mejor que pude. Fue más fácil después de que el brioche comenzó a crujir un poco en el fondo y el queso se derritió; en ese momento, supe que era hora de agregar la Nutella. (Vacilante.  No estaba vendido todavía.) Agarré una cuchara y puse dos cucharadas colmadas sobre el queso por un lado, trabajando rápidamente para cerrar el sándwich y presionarlo con un plato pesado.

Tan pronto como el queso y Nutella su unieron, hubo una especie de magia. El aire se volvió fragante y vi cómo el untable se derretía y envolvía las piezas de Roquefort, creando una capa densa y cremosa. Cerré el sándwich poco después, con el brioche increíblemente crujiente y el chocolate desbordándose por los lados. Se veía bien, pero ¿sabría bien?

En resumen, sí. El primer bocado fue mantecoso y salado, con una dulzura casi ahumada: como se predijo, lo pungente del queso azul no fue tan abrumador como pensé que sería. Con el untable casero de avellanas de Crenn y proporciones más precisas, imagino que sería aún mejor. Tomé otro bocado y otro. Era innegable: los sabores estaban en armonía, y otros que probaron una trozo también estuvieron de acuerdo.

Hay algunas reservas. Por un lado, el sándwich era tan pesado que nunca podría comerlo sola. También definitivamente recomendaría usar un cuchillo y un tenedor, ya que es bastante desordenado. Pero, en general, me sorprendió gratamente.

¿Será este mi nuevo grilled cheese favorito? No. ¿Lo pediría en un restaurante? Tal vez, si fuera un plato pequeño para compartir o un aperitivo. De todos modos, el plato es un buen argumento para experimentar en la cocina —nunca sabes lo que te podrías estar perdiendo—.