La salsa bechamel es una de las salsas que no pueden faltar en tu cocina, es deliciosa y perfecta para diferentes recetas. Es considerada una de las salsas madres del mundo de la gastronomía, las cuáles son aquellas que pueden usarse tal cual o te sirven de base para elaborar otro tipo de salsas o para completar otros platillos.
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La salsa bechamel consiste en una de las más utilizadas y simples en el mundo de la cocina, se trata de una salsa espesa de color blanquesino y crema, su principal característica es que no necesita de caldo para elaborarse, ya que está hecha a base de leche, harina y mantequilla.
Además de utilizarse para acompañar platillos como lasaña, pastas horneadas, pescados, vegetales y recetas con pollo, la salsa bechamel también puede utilizarse para espesar los jugos de cocción de diferentes guisados, al igual que para darle un toque cremoso a las sopas y cremas de diferentes verduras.
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En cuanto a la historia, la salsa bechamel existen dos versiones principales, una indica que esta deliciosa salsa fue creada en la bella tierra de Italia, por los cocineros de un miembro muy conocido de la realeza europea, Catalina de Médici, de acuerdo con esta versión cuando Catalina se casó con el Rey Enrique II en el año de 1533 llevó a Francia la receta de su salsa favorita y así comenzó a conocerse y prepararse por todo Europa.
La segunda versión sobre el origen de la salsa bechamel indica que esta receta apareció por primera vez en el libro de cocina Le Cuisinier Français publicado en el año de 1651 y en esta publicación se indica que el responsable de su creación fue el cocinero francés del Duque Louis de Bechameil, de donde viene su nombre. Sea cual sea la versión correcta, lo cierto es que con el paso de los años se ha consolidado como una de las bases de la gastronomía del mundo general y ha conquistado diferentes cocinas.
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Aprende a preparar una auténtica salsa bechamel
- 1/3 taza de harina tamizada
- 1/3 taza de mantequilla
- 5 tazas de leche caliente
- 1 pizca de nuez moscada
- Sal y pimienta
Ingredientes
- Sofríe la harina con la mantequilla sin dejar de mover hasta que se comience a dorar. Poco a poco agrega la leche mientras mezclas con ayuda de un globo, es importante no dejar de mezclar para evitar que la leche se corte. Al terminar, cuando la leche este bien integrada, añade la nuez moscada y salpimienta a tu gusto.