Los millenials tienen expectativas muy altas para sus Snacks

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Los millenials a menudo tienen una mala reputación. Se les culpa por arruinar los restaurantes y costar grandes cantidades de dinero a las cadenas de comida rápida, incluso se les culpa de ser demasiado perezosos para comer cereales de caja para el desayuno, la mayoría de ellos nunca ha comido una Big Mac de McDonald’s, que es casi como ser antiamericano.

Pero gracias a un nuevo estudio, los millenials pueden tener un impacto positivo en la industria de alimentos y bebidas: de todos los consumidores, los millennials prestan más atención a la forma en que se obtienen sus alimentos y son sumamente conscientes cuando piden comida rápida, de acuerdo con el estudio apodado “ética en el camino”.

El estudio, que proviene del proyecto Mindful Dining Initiative del Culinary Visions Panel, preguntó a 1,500 consumidores estadounidenses sobre sus sentimientos respecto los alimentos de origen ético, y sobre cómo esos sentimientos afectan la comida que compran para llevar.

Si bien el estudio mostró que a todos los participantes les importan las prácticas responsables de alimentos y bebidas, a los consumidores menores de 35 años les importa más. Por ejemplo, mientras que el 50% de los consumidores en general dicen que los alimentos orgánicos tienen mejor sabor, el 60 por ciento de los consumidores que son menores de 35 años aseguran  que los alimentos orgánicos tienen un mejor sabor. Los millennials también se preocupan por las prácticas éticas: el 76% dice que los esfuerzos sustentables hacen que los restaurantes sean más “modernos”.

“Desde la agricultura sustentable hasta los huevos de gallinas de campo, los consumidores no quieren que sus opciones culinarias tengan consecuencias negativas involuntarias”, dijo Sharon Olson, directora ejecutiva de Culinary Visions Panel, en un comunicado. “Ya sea que se trate de recompensar las prácticas laborales de comercio justo de una empresa o sus políticas de cero residuos, descubrimos que los millenials son los más serios sobre los alimentos con un enfoque más responsable”.

Desafortunadamente para aquellos de la generación del milenio, es un hecho que no  hay suficientes lugares de comida para llevar que cumplan con sus requisitos de responsabilidad. Alrededor del 64% de los consumidores menores de 35 años dicen que no existen suficientes bocadillos “éticos”.

Con eso en mente, existe una oportunidad obvia para los vendedores de alimentos aquí: no solo los millenials quieren opciones de compra y venta más responsables, sino que también están dispuestos a pagar por ellos. De hecho, según este estudio, el 67 % de los jóvenes de esta generación dicen que estarían dispuestos a pagar más por los alimentos producidos éticamente que en cualquier otro lado.