Por qué hornear es terapéutico (y una receta de pastel para comprobarlo)

Los expertos concuerdan en que hornear —galletas, pasteles, brownies— es una actividad con beneficios.

marzo 30, 2020

Por qué hornear es terapéutico (y una receta de pastel para comprobarlo)

Foto: Mariana Camacho

Los fines de semana han sido hasta ahora los días más desafiantes de mi distanciamiento social, son los días con los que me encuentro con más tiempo entre las manos, tiempo suficiente para cocinar e invertirlo en algo más elaborado que mi cena regular. 

Me decidí a preparar un pastel después de leer que hornear es terapéutico. “Una forma de expresión creativa”, dice Donna Pincus, profesora de neurociencias de la Universidad de Boston. Al igual que otras expresiones, como la literatura o la música, hornear es una forma de liberar estrés si es vista como una forma de comunicar —emociones, por ejemplo—. 

Algunos consideran que hornear —galletas, pasteles, brownies, lo que prefieran— es también un acto de mindfulness —o atención plena— que requiere atención, enfocarse en medir las cantidades de una receta —porque en la repostería la precisión es clave— o en repetir movimientos como mezclar o amasar. Hornear es una actividad del estar presente, que requiere que la mente esté en el aquí y el ahora. 

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Estos argumentos —que algunos, como Julie Ohana, han aplicado como métodos de terapia— me dieron la excusa perfecta para probar una receta de pastel. Elegí uno con yogurt que me gusta porque —aunque lleva mantequilla y azúcar— es mucho menos dulce y más ligero que otro tipo de pasteles. Además tenía moras en la despensa esperando a que volteara a verlas. 

Se las comparto, para que sigan su semana con un un método alterno de relajación. 

La receta: Pastel con yogurt, moras y durazno

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