
Las ensaladas se ha mudado de lugar en el menú: abandonaron a los platos aburridos y poco pedidos, para instalarse en la zona de los populares. Las de esta ruta de ensaladas en la CDMX son ejemplos emocionantes, de texturas y sabores intensos que son las nuevas reinas de nuestros antojos.
Ensalada de cogollo

Si necesitáramos emparentar esta ensalada con otra conocida, definitivamente sería con la César. Pero esta es su prima más buena onda, más moderna. Obedece al balance entre la acidez, la cremosidad y el crocante que impera en el resto de los platillos de Meroma. Y lleva furikake, ajonjolí, un aderezo cremoso de tofu, limón y yema curada, tan rico que la chef Mercedes Bernal siempre tiene un poco en casa. Colima 150, Roma Norte, CDMX.
Ensalada de farro

Una ensalada que brilla en una carta de pizzas parece algo imposible, pero esta es la excepción a la regla. Cuando llega a la mesa, se ve tan bonita que da pena destruirla. Nuestro consejo: revuélvela sin vergüenza, que así es como mejor sabe. La frescura de la hierbabuena, el limón amarillo y el labneh son el complemento perfecto para lo sustancioso del farro, las alubias y el ejote. Av. Álvaro Obregón 64, Roma Norte, CDMX
Ensalada de algas

Barrade Ginza
El proceso de evolución de Ginza cambió por completo desde que Edo Nakatani se metió a su cocina. Un ejemplo del proceso es esta ensalada, que obedece a una base japonesa tradicional con su mix de algas de mar y mizuna, pero lleva un extra goloso, en forma de hojas de mostaza, aderezo de yuzu con aceite de ajonjolí, bonito rallado y hoja de shiso. Hay otra versión que encima lleva también atún, salmón, kampachi y totoaba de cultivo. Pedregal 17, Lomas – Virreyes, Lomas de Chapultepec, CDMX
OrangeSalad

El estilo mediterráneo con ingredientes estacionales que caracteriza la cocina de Elly Fraser se refleja en este platillo que originalmente era de higo, betabel y requesón de hoja santa, pero mutó con el cambio de estación. Ahora lleva un requesón de chiles secos, betabeles amarillos, tomatitos, gajos de naranja, brotes de mostaza, hinojo rasurado y pistache. El sabor ahumado del requesón contrasta muy bien el dulzor del betabel y la acidez de la naranja ¡Gracias estacionalidad! Hamburgo 310, Juárez, Cuauhtémoc, CDMX
Ensalada colonial

Salagastronómica en el Museo de Antropología
Entre piezas históricas se esconde unaensalada fresca, con proteína que toma una forma inesperada: chapulines. Alcrunch que viene de este insecto, lo secundan los rábanos, un poco de frijolesnegros, lechugas y berros. ¿Y para el balance de sabor? Requesón y unavinagreta muy cítrica que le inyectan frescura. Av. Gandhi S/N Dentro del Museo Nacionalde Antropología, Polanco, CDMX