Los muffins y cupcakes son uno de los postres más populares. Son deliciosos, versátiles, fáciles de preparar y los puedes llevar a todos lados, pero muy pocas personas saben que no son lo mismo.
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La razón principal por la que solemos confundir estas dos variedades de pastelitos es porque a primera vista son muy similares. Ambos son pequeños y se acostumbra presentarlos en capacillos de papel rizado. Pero en realidad tienen más diferencias de las que imaginas. A continuación te las contamos.
Diferencias entre muffins y cupcakes
Origen: los muffins son británicos. Se comenzaron a servir para la hora del té durante el siglo XVIII, mientras que los cupcakes surgieron años después a finales del siglo XIX y la mayoría de las versiones coinciden en que provienen de Estado Unidos, lugar donde se popularizaron.
El batido: Una de las principales diferencias de los muffins y cupcakes está en la preparación. los primeros se baten lo menos posible para tener una consistencia más densa y los cupcakes se pone más intensidad en este paso para asegurarse de que queden esponjosos.
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Dulces o salados: La distinción más obvia entre ambos pastelitos es que los cupcakes son principalmente dulces, mientras que los muffins suelen ser de todos los sabores.
Forma: A primera vista puedes verlos iguales, pero si te fijas bien, los muffins suelen quedar casi al ras del molde y los cupcakes sobresalen del papel, con una forma redondeada o copete. Esto pasa porque la masa de los muffins no se bate tanto y así no le entra aire, por lo que no esponjan como los cupcakes.
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Momento en el que se comen: mientras que los cupcakes son clasificados como postres, los muffins se consideran un platillo para acompañar desayunos y cenas, incluso se consideran una opción más saludable por sus sabores salados, que a veces incluyen vegetales o embutidos.
Relleno: Algunos no suelen reconocer este punto como una diferencia entre muffins y cupcakes, pero el secreto es que mientras los cupcakes suelen llevar diferentes rellenos cremosos o frutales, los ingleses incluyen trozos de frutos secos, deshidratados, chocolate o vegetales, que se agregan a la masa, por lo que no cuentan como relleno.
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Preparación: Para hacer un cupcake se debe hacer una masa batida. Se comienza por la mantequilla y azúcar, luego se integran los huevos uno por uno y finalmente se añade la harina y los líquidos. Por su parte la masa de un muffin es mezclada, se mezclan primero los ingredientes secos y después se integran los húmedos.
Decoración: los cupcakes se distinguen por su gran variedad y estilo de decorado en varios colores y formas, con crema batida, ganache, merengue, fondant, glaseados… En fin, las posibilidades son infinitas. Pero un buen muffin nunca se decora, si a caso llevan un crumble de mantequilla y harina.
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Textura: si quieres identificar los muffins y cupcakes basta con que te fijes en esta característica, los primeros son más densos y firmes con una consistencia parecida a la de un pan, mientras que los cupcakes son más suaves, esponjados y dulces, como los pasteles.
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