
Supplì es un proyecto que nació en la mente de sus dos creadores Alejandra Gutiérrez y Jean Marc Pariente, pero de manera aislada, fue justamente la idea de tener una fábrica de pastas la que hizo que sus caminos se cruzaran y que se materializara este sueño en común: Empezamos hace seis años; Jean y yo nos conocimos cuando yo estaba trabajando en otro restaurante, ahí nos presentaron porque ambos teníamos en mente algo similar, pero el primer acercamiento fue lejano y como por encimita; eso a mí me sirvió para apresurarme a iniciar antes de que alguien me ganara la idea, renuncié como a las dos semanas y empecé a hacerlo.
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En ese inter, Jean se fue a Italia como tres semanas, pero no volvimos a tener contacto, entonces una de las mejores amigas de Jean encontró el Instagram de mis pastas y se lo mandó, le dijo: Háblale porque es tu competencia, porque también él iba a empezar su propio proyecto egresando de Italia, platica Alejandra. Aunque en la primera ocasión que Jean le propuso a Alejandra asociarse, ella lo bateó, la vida los volvió a encontrar y más rápido de lo que pensaban empezaron a trabajar juntos en su primer proyecto: Pastificio.

Cuando Pastificio nació (hace seis años), Ale tenía su chamba; o sea, además de que hacía pastas, daba clases de cocina y otras cosas. Yo trabajaba en una universidad de música, nada que ver con la cocina, y la ventaja que teníamos los dos es que cada uno trabajaba dos o tres días a la semana y en los días libres nos enfocábamos en el negocio de pastas. Empezamos en mi casa, uno de los cuartos era el taller, cuando empezamos ninguno de los dos tenía dinero, vivíamos al día, diario íbamos al súper dependiendo de lo que había que hacer, y una vez que terminábamos de hacer la pasta nos íbamos a repartirla, cuenta Jean.
La idea de abrir un local surgió por temas de logística, ya que al principio era mayor el gasto de hacer las entregas, que la ganancia que tenían: Así que terminamos en Polanco, empezamos a remodelar y llegó la pandemia. Para nosotros estuvo muy bien porque en ese momento no teníamos empleados y hubo un boom de cocineros en su casa y todos empezaron a comprar pasta, generábamos lo suficiente para mí y para Jean, recuerda Alejandra.
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Esos inicios vertiginosos y divertidos fueron el comienzo de un proyecto que a lo largo de los años ha tomado forma, conquistando el gusto de sus clientes, que encuentran un lugar en el que pueden probar platillos de la auténtica cocina italiana. El sueño y la meta final siempre fue abrir un restaurante, pero con nuestros propios medios y orgánicamente estuvimos buscando un local durante dos años. Pero en ese momento ya estábamos rendidos y muy tristes porque no estábamos logrando nada, entonces encontramos el local sobre Bucareli, donde hoy es Supplì: el espacio es perfecto, es todo lo que nos imaginábamos que sería. Es un restaurante acogedor que se presta para cualquier ocasión, la comida es sencilla, nunca intentamos hacer una cocina experimental, más bien queríamos que fuera casera, pero con una pasta bien lograda, que la veas y se te antoje, comparte Alejandra.
Es una trattoria enfocada en la tradición romana, porque luego pasa en algunos restaurantes italianos internacionales (por llamarlo de alguna forma), que ves los menús y siempre es lo mismo, y eso tampoco es la realidad de lo que se come en el día a día en Italia. Al final queremos compartir que somos una trattoria; es decir, un restaurante sencillo, una fonda italiana, nada pretencioso, agrega Jean.
¡No pierdas la oportunidad de conocer la cocina de Alejandra y Jean durante nuestro próximo F&W Festival los días 16 y 17 de noviembre en el Hipódromo de las Américas!

Supplì
Bucareli 69b, Mexico City, Mexico 06600
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