Todo el mundo sabe que la comida puede afectar tu estado de ánimo, pero la mayoría de las veces esto tiene que ver con situaciones como: “¡Mi pedido tardó una hora en llegar y ahora estoy enojado!” u “Hoy es un mal día, así que voy desquitar mi dolor con comida reconfortante o macarrones con queso! “Pero algunos médicos creen que la forma en que los alimentos influyen en nuestra salud mental puede ser mucho más sutil e intrincada, como lo indica el psiquiatra Dr. Drew Ramsey, quien recientemente le dijo al New York Times que “receta”a sus pacientes ostras frescas.La historia comienza con un paciente anónimo de 48 años que buscaba tratamiento para la ansiedad y la depresión leve y le dice a Ramsey que consumió (increíble, pero cierto) tres docenas de ostras durante el fin de semana. “¡Usted es la única persona a la que les prescribí esto, que regresó y dijo que se comió 36!”, exclamó el médico.
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Entonces, ¿son las ostras el nuevo Prozac? no exactamente. Ramsey señala que las ostras tienen un alto contenido de vitamina B12, que se ha demostrado en varios estudios, que reducen potencialmente la contracción cerebral y tienen una gran cantidad de ácidos grasos omega-3 que cuando son deficientes en algunas personas, podrían estar relacionadas con depresión o casos de suicidio. Incluso, Ramsey cree que las ostras son solo una pequeña parte de una conexión que va más allá que comer sano, y que no solo provocan el sentirse mejor con uno mismo en un sentido etéreo, sino que, literalmente, mejoran el funcionamiento interno del cerebro al darle mejores micronutrientes.Nuestro comedor de ostras anónimo, hizo mención de un sentimiento similar: “es una parte de todo el paquete que ayuda a aliviar mi depresión y me ayuda a sentirme mejor”, dijo al Times. Por supuesto, suponiendo que su estómago (y su billetera) puedan manejarlo, ¿quién no se sentiría mejor después de comerse tres docenas de ostras? Pero, de nuevo, no se trata solo de que las ostras sean un manjar delicioso, se trata de su composición química. Así que no esperes que el médico te recete necesariamente una botella de Champagne para acompañarlos.