Cada año en la ciudad de Puebla se elaboran unos panes esponjosos que van rellenos con crema pastelera, coco, ron y se coronan con una capa de dulce de pepita. El mollete poblano es un postre que se prepara en la temporada de chiles en nogada pero que muy pocos conocen. Se producen de agosto a septiembre y suelen venderse en las dulcerías típicas de Puebla como La Gran Fama.
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Según Ricardo Muñoz Zurita, el pan se prepara con harina de trigo, mantequilla, azúcar, sal, levadura y huevo. El sabor del mollete poblano es similar al de una concha pero su cobertura es muy dulce, casi como el relleno de las tortitas de Santa Clara (las galletas de convento con forma de sol). Lo curioso es que históricamente no hay ninguna relación entre el mollete poblano y los chiles en nogada. Los restaurantes como El Mural de los Poblanos y Augurio los acompañan en sus menús patrios. Por lo general sirven chalupitas como entrada, el chile en nogada como plato fuerte y de postre, el mollete.
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El origen del mollete poblano
Se cree que la elaboración del mollete poblano se debe a las monjas franciscanas de Santa Clara de Asis. Las religiosas de los conventos poblanos fabricaban dulces en formas originales; ejemplo de ello son las ya mencionadas tortitas, los muéganos, borrachitos, cocadas y cientos de golosinas más. Ellas preparaban este pan para conmemorar el Día del Padre.
La Feria Patronal de Santa Clara Ocoyucan es una tradición que celebra a la Virgen de Santa Clara. La fiesta incluye actividades como procesiones, bailes populares, artesanías y exposiciones gastronómicas. Entre la variedad gastronómica destacan los tamales, el atole, el pipián y por supuesto el mollete.