
Las obleas son una botana dulce muy común en varios lugares de nuestro país. Están hechas principalmente con harina de trigo y agua algunas personas las hacen de harina de amaranto. A la mezcla se le agrega azúcar, huevo y aceite (de canola o girasol) e incluso algunos reposteros les añaden anís.
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Su origen se dio en los conventos de Europa (la hostia) y con la llegada de los españoles a México se popularizaron. Tanto que después de un tiempo cruzaron la barrera de la religión para convertirse en la golosina favorita de las plazas públicas. Tradicionalmente eran delgadas y muy quebradizas.
Al salir a las plazas se transformaron, les añadieron colorante y comenzaron a usar dos para rellenarlas de nuez, miel, amaranto, pepitas, dulce de leche o chocolate. Como si se tratara de una galleta tipo waffer.
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En México las puedes encontrar en los mercados, dulcerías típicas o plazas. Aunque también se consumen en varias partes de Latinoamérica como Colombia, Venezuela, Chile y Costa Rica en donde se les conoce como “galletas suizas”.
También las utilizan para decorar postres y agregar un toque crocante a los platillos.