Si te precias de ser amante del queso, entonces sabes que no solo basta con elegir aquellos ideales para armar la tabla de quesos perfecta, sino que necesitas preservarlos adecuadamente para que no pierdan su esencia, aroma y sabor, por lo que tenemos algunos consejos para conservar el queso de acuerdo a algunos consejos de expertos.
De acuerdo a The cheese book; a definitive guide to the cheeses of the world, la mayoría de los quesos pueden preservarse a una temperatura de 1º a 3 ºC, por lo que la parte superior del refrigerador funciona perfecto. Esta temperatura se sugiere si abres la puerta del refri constantemente, pero si va a permanecer cerrada durante largos periodos de tiempo, lo mejor es que subas la temperatura entre 20 y 30%, para que no se congele como la lechuga y termine agrietado.
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Un queso está bien almacenado cuando no pierde su humedad, la cual depende del tipo de queso que sea, por ejemplo, quesos fuertes como el parmesano o firmes, como el cheddar, tienen menos humedad que uno semifirme como el Port-Salut; sin embargo, quesos como el cottage o el camembert necesitan preservar gran parte de su consistencia húmeda para mantener el sabor, de lo contrario se secan y endurecen.
Es importante no abusar de la temperatura: el frío extremo hará que un queso se seque y deshidrate, pero mantenerlo en un lugar caliente acelera su proceso de descomposición, además de que pierde humedad y puede incluso sudar y “derretirse” hasta transformar su consistencia.
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¿Cómo almacenar los quesos duros, firmes y semifirmes?
Primero debes saber que mientras más humedad tenga un queso, más corta será su vida. No se conserva de la misma forma un parmesano que un munster. La mejor manera de preservar estos quesos es cubriéndolos con una película transparente, papel aluminio o un trapo húmedo. Hay personas que remojan el trapo en agua con sal y vinagre del envoltorio, aunque esto puede llegar a cambiar ligeramente el sabor del queso.
Procura no dejarlos a temperatura ambiente frecuentemente, pues esto puede afectar el sabor final del queso hasta el queso más firme termina afectado con los cambios de temperatura, así que cuidado. Por último, no te asustes si el papel o empaque del queso desarrolla un leve moho, aunque es rara esta situación, sin duda puede suceder, así que no entres en pánico y tires el queso, solo corta la parte dañada, el resto mantendrá su sabor.
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Sobre el queso azul…
Antes de refrigerarlo, envuelve el queso en un paño húmedo (que no esté mojado) o papel aluminio, luego coloca tu queso en un recipiente hermético o tupper (de preferencia de vidrio), cierra bien y mételo al refrigerador. Es conveniente sustituir este paño regularmente y hervirlo antes de su uso para eliminar cualquier germen indeseado.
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Los quesos de rancho
De preferencia estos quesos en pequeñas porciones y manténlos fuera de los olores fuertes y penetrantes. Guarda el queso cottage en recipientes de plástico, cubre el mozzarella y el queso crema con película plástica, y esta vez no utilices el trapo húmedo para guardar los quesos.