En donde el mar de Cortés y el Pacífico se abrazan y, en palabras de Jacques-Yves Cousteau se halla el acuario más grande e impresionante del mundo, ahí se encuentra The White Lodge. Un pequeño hotel enclavado en medio de un paraíso casi virgen: Cabo del Este en Baja California, 20 millas al sur del Trópico de Cáncer, a unos 25 minutos de la reserva natural de Cabo Pulmo, 40 minutos del aeropuerto internacional de San José y 35 minutos del centro histórico de San José del Cabo.
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Aquí el lujo, la simpleza, el bienestar y la privacidad comulgan de manera orgánica y perfecta.
El sonido de las aves, la música de las olas; ballenas, delfines y rayas gigantes bailando a su ritmo y las manos mágicas de quien masajea el cuerpo y el alma en Zenica, su pasmoso spa; rituales de medicina ancestral especial y cuidadosamente creados para el nutrir el espíritu sin duda el mejor y más genuino temazcal que he encontrado en un hotel.
La terraza, una copa de vino y la vía láctea arropando la noche iluminada por una lluvia de estrellas.
Los sabores de una cocina natural, sencilla y franca con el único y valioso propósito de alimentar, cuidar y llenar de gozo el cuerpo en su restaurante al aire libre Azul Cortés.
Conformado por 3 suites panorámicas con chimenea y terraza privada, 4 bungalows con vistas al mar, terraza privada, azotea privada panorámica y piscina de inmersión; 3 habitaciones verdes con vistas al mar y terraza privada y 1 suite principal con vistas al mar, piscina cubierta y patio privado. Todo a unos metros de Nine Palms, uno de los puntos más icónicos y afamados entre surfers de todo el mundo por sus majestuosas olas.
Un respiro de esos que siempre se necesitan, se disfrutan y recargan de energía; el paraíso a la mano, eso es The White Lodge.
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IG: @paolanorman
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