5 razones para visitar Bodegas Domecq en el Valle de Guadalupe

Para los que quieren conocer una de las bodegas mexicanas más importantes a nivel mundial.
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Bodegas Domecq ha sido uno de los grandes del vino mexicano desde que llegó al Valle de Guadalupe, en 1972. Ahora también se ha convertido en uno de los lugares clave para hacer enoturismo y conocer de viva mano la industria mexicana del vino.

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Desde el 2018, la Bodega Domecq abrió sus puertas en el Valle de Guadalupe con nuevas propuestas para sorprender a los visitantes de este icónico destino ensenadense. Recientemente tuvimos la oportunidad de comprobar que si algo los caracteriza es que son una bodega que abre sus puertas para mostrar la riqueza del vino mexicano en su esencia más pura.

1. Recorridos con historia

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Foto: Alejandra Castillo

La Bodega Domecq en el Valle de Guadalupe cuenta con aproximadamente 150 hectáreas con diferentes plantaciones de vides de las que provienen sus vinos más icónicos. Uno de los primeros en recibir a los visitantes es la plantación de cabernet sauvignon, que cuenta con vides de casi 50 años y son las responsables de dar vida a las botellas de viñas viejas y vasija. Ya sea que las visites en plena vendimia o no, los paisajes que la bodega tiene te dejan sin aliento.  

Dentro de las nuevas experiencias de enoturismo, puedes recorrer el Museo Domecq. Ubicado en la Bodega de las Misiones, nos cuenta toda la historia que esta vinícola ha forjado desde sus primeros años como creadores del primer brandy mexicano. Dentro de la exhibición podemos ver piezas únicas de la industria desde prensas y vasijas de más de 300 años hasta las carretas de los icónicos caballos azteca. Y si tienes suerte podrás echar un vistazo a la bodega que atesora las barricas donde reposan los futuros vinos de la marca.

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2. Una cava subterránea única

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Foto: Cortesía Bodegas Domecq

Pasando el museo y siguiendo un imponente pasillo de barricas gigantescas encontrarás la puerta de entrada a la cava subterránea. Es una de las más grandes de todo México, en su interior alberga botellas de varias décadas de antigüedad.

El recorrido se divide en dos, primero nos cuentan la historia de la construcción de la cava, con una curiosa leyenda en torno a una roca indestructible a partir de la que se creó este tesoro subterráneo. Y luego hay una experiencia didáctica que despierta y pone a prueba los sentidos con muestras reales en las que puedes conocer las texturas y aromas del vino, una opción ideal para aquellos que apenas se están adentrando a este bello e interesante mundo de la vid.

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3. Cata de vino en manos de un enólogo mexicano

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Foto: Alejandra Castillo

Alberto Verdeja es el enólogo a cargo de Bodegas Domecq desde el año 2012, este mexicano, apasionado por el mundo de los vinos, refleja su espíritu creativo y amor por la vid en una cata de vinos.

Teniendo como escenario principal la imponente cava, en la que también se realizan eventos privados, puedes vivir directamente una cata de varias botellas y poner a prueba tu paladar de una forma dinámica y divertida. Ya sea que vengas con tu pareja, familia o amigos, es una actividad imperdible y un pretexto más para probar la gran variedad de etiquetas de Domecq.

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4. Experiencia culinaria en la terraza

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Foto: Cortesía Bodegas Domecq

En la terraza, el chef Alberto te invita a deleitarte con deliciosos platillos que cuentan con el auténtico sabor de la Baja. Nosotros comenzamos con unas ostras en salsa de chiles fermentados, seguimos con una almeja reina en leche de tigre y erizo, y para el plato fuerte, una panchetta rostizada con brioche en crema de queso y aguacate, así como un borrego braseado en salsa de chiles ahumados, huevo y verdolagas (nuestro favorito) y, de postre, un brioche con queso mascarpone, jalea de canela y frutos rojos. Todo maridado con Chateau Domecq Rosado.

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5. La mejor vista del Valle de Guadalupe

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Foto: Alejandra Castillo

Bodegas Domecq tiene la mejor vista del Valle de Guadalupe y no hablamos de su terraza o de sus viñedos, sino de la nueva experiencia que están preparando y que promete dejarnos sin aliento.

Se trata de un recorrido en helicóptero. En colaboración con la empresa de aerotours HeliBaja, donde Domecq te invita a ver el Valle de Guadalupe desde las alturas. Con recorridos para tres personas y una duración de al menos 30 minutos, despegarás directamente de la bodega y vivirás la experiencia de sobrevolar todos los viñedos del Valle hasta la bahía de Ensenada. Ver las miles de hectáreas de vides y olivos, las bodegas más importantes de la Baja, las montañas gigantes y las playas rocosas, mientras los vientos ensenadenses te recorren el cuerpo, simplemente te hace decir ¡que vivan el vino y la vida!

Una vez más, Bodegas Domecq nos demuestra que están haciendo grandes cosas para promover la industria del vino a través de un enoturismo innovador.

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