A pesar de su nombre, el pastel imposible es más fácil de preparar de lo que muchos piensan. Este popular postre tiene que estar en tu lista de imperdibles de la repostería, te ayudará a darle el toque dulce a muchos momentos.
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El pastel imposible consiste en un pastel de dos capas, una de flan y otra de pan de chocolate. La razón de su nombre y popularidad es que para hacerlo no se hornean por separado las capas, sino que van juntas, pero sin mezclarse. Primero se coloca la capa espesa de chocolate y después la de flan, lo “imposible” viene al final, pues al momento de hornearse las capas se invierten.
La ciencia física y química detrás del pastel imposible que provoca que el flan quede en la superficie al hornearlo, se explica por la densidad, esto significa que la capa más pesada (el flan) va al fondo del recipiente, mientras la más liviana (el chocolate) sube. El resultado es que las capas intercambien lugares, quedan separadas, pero a la vez unidas.
El origen del pastel imposible no está claro, algunos lo atribuyen a Italia, otros a Perú y algunos incluso aseguran que es un postre 100% mexicano, pues México es uno de los países en los que se consume más. Es muy popular en Latinoamérica, donde se le conoce también como chocoflan, diplomático o napolitano.
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Además de ser delicioso, el pastel imposible tiene una gran presentación que no requiere una decoración extra, por lo que es una alternativa muy práctica para acompañar tus celebraciones u ocasiones especiales, y aquí te probamos que lo único imposible de este postre es su nombre.
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