Las legumbres son uno de los ingredientes básicos en la alimentación. Pero, si prefieres prepararlas de la forma tradicional y no usar las versiones enlatadas, deberás pasar por el proceso del remojo antes de cocinarlas y aquí te decimos las razones por las que no te conviene saltar este paso.
También te puede interesar: ¿Cómo desinfectar fresas correctamente?
¿Por qué debes remojar las legumbres?
- Ahorras tiempo. El agua del remojo penetra en los granos y los ablanda, tanto en el interior como en el exterior, esto acelera el proceso de germinación y reduce el tiempo de cocción de las legumbres.
- Mejora la digestión. La mayoría de estos ingredientes contienen azúcares oligosacáridos en sus pieles, si no son hidratadas estos pueden pasar a través del estómago y el intestino delgado sin ser digeridas correctamente. Lo que, a su vez, aumenta la probabilidad de gases intestinales.
- Se conservan los nutrientes. Aunque a la hora de hidratarlas algunos de los componentes de las legumbres se quedan en el agua, son muy pocos en comparación con los que se aumenta. Según un estudio publicado en la revista Plant Foods for Human Nutrition, el remojo aumenta las proteínas, fibra, vitamina B1 y el calcio de estos ingredientes.
- Eliminas “malos nutrientes”. Remojar las legumbres reduce los efectos del ácido fítico, un componente presente en varios cereales, que reduce la biodisponiblidad de algunos nutrientes como el zinc, hierro y magnesio. Esto significa que, al neutralizarlo, aseguras que tu organismo pueda absorberlos correctamente.
- Reduces la contaminación. Durante el remojo las partículas pequeñas de suciedad y arenilla que hay en la piel de las legumbres se quedan en el agua. Esto te ayuda a quitar cualquier resto de pesticidas u otros productos indeseables.
Claves para remojarlas:
El tiempo de remojo puede variar según el tipo de legumbre que estés utilizando. Pero por lo general para los frijoles, garbanzos, habas y lentejas, solo debes colocarlas en un recipiente hondo y cubrirlas con agua a temperatura ambiente. En cuanto al tiempo, para los frijoles, garbanzos, judías y habas de 4 a 8 horas son suficientes, mientras que para las lentejas solo suelen necesitar de dos a cuatro horas.
También te puede interesar: Los hongos en realidad no se deberían lavar
Muchos cocineros recomiendan utilizar el agua de remojo para la cocción de las legumbres, pero en nuestra opinión recomendamos reutilizarla para regar tus plantas.
Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest
