Rosio redujo los 9,500 kilómetros de distancia que hay entre México y Copenhague para llevar auténtica comida mexicana a personas que sería muy poco probable que la probaran sin salir de su país.
Dejó de trabajar como pastry chef de Noma para abrir su propio puesto de tacos en Copenhague, donde cocina todo lo que se le antoja comer estando lejos de México. Los tacos al pastor, los de barbacoa o los estilo Baja son un sueño difícil de concebir tan lejos de su país natal que ella, con mucho esfuerzo, ha convertido en realidad.
Sánchez, como cualquier otro mexicano, sabe que un buen taco empieza por una tortilla bien hecha así que se ha empeñado en llevar los ingredientes adecuados para obtener un resultado sobresaliente. Está minando su herencia culinaria mexicana y colaborando con productores que van desde Oaxaca a los que les compra el maíz para sus tortillas hasta Copenhague para hacerle honor al taco sin importar la distancia. Con Hija de Sánchez el nombre del puesto y Sánchez la cantinaha dignificado la comida mexicana con autenticidad y respeto absoluto a los ingredientes de nuestro país para borrar distancias y fronteras