Ni de España ni de México: el ate es originario de Medio Oriente

ate, ate con queso, postre

Gracias al Medio Oriente conocemos la mostaza, la shakshuka, los durums y el humus. Y —a pesar de que muchos creen que es mexicano o español— el ate también.

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¿Dónde viene el ate?

De acuerdo al diccionario gastronómico Larousse el ate es originario del Medio Oriente. Los árabes utilizaban el membrillo como medicina natural y como fragancia para perfumar sus telas. Ellos compartieron la preparación con los españoles, quienes adoptaron la costumbre de consumirlo con miel. Años después fue traído a México durante La Conquista.

¿De qué está hecho?

El ate es una pasta hecha de fruta, agua, canela y mucha azúcar. El azúcar es muy importante en la preparación ya que activa la pectina— sustancia que da consistencia a mermeladas o gelatinas—. Una vez que se enfría la mezcla se forma una pasta compacta. La pulpa puede ser de membrillo, tejocote o guayaba. En México y Argentina se consume como postre y se le conoce como Vigilante. Se sirve en rebanadas gruesas con queso panela o manchego.

Ate mexicano con Denominación de Origen

Desde el 2014 el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial certifica que el “ate de Morelia” cuenta con Denominación de Origen para todo el estado. Este producto se comercializa a manera de souvenir. El paquete viene con cuatro colores de ate: amarillo, café, verde y rojo.

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