Marlon Brando cena en Japón con Truman Capote

Ramen, un corte wagyu y sendas copas de sake aderezan el encuentro en un hotel de Kioto entre el futuro Vito Corleone y coronel Kurtz y el igual célebre autor de Desayuno en Tiffany's.

Por Arturo Reyes Fragoso

junio 29, 2023

Marlon Brando cena en Japón con Truman Capote

Foto: Templo dorado | Foto: Unsplash

Las asistentes del hotel, ataviadas con kimonos, eran incapaces de pronunciar su nombre correctamente: lo llamaban Marron, siempre en medio de histéricas risitas generadas ante su presencia. Aquel año de 1956, Marlon Brando se encontraba en Japón para filmar las escenas exteriores de Sayonara, producción cinematográfica que propiciaría la entrevista realizada por Truman Capote, otro personaje de importancia equivalente en el campo de las letras, recopilada en Retratos.

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Su encuentro incluiría cenar en la suite del hotel donde el actor se alojaba con buena parte del elenco en la ciudad de Kioto, la cual a pesar del mobiliario estilo europeo exhibía en un nicho en la pared carpas doradas plasmadas en papel, al tiempo de disponer de tatamis y almohadones de seda cruda dispersos por el piso, para sentarse.

Marlon-Brando
Marlon Brando (1924-2004) fue uno de los actores icónicos de Hollywood del siglo XX.

Al poco rato, el servicio de room service enviaría al actor un bistec con guarnición de papas y verduras, fideos, ensalada, queso con galletas, una botella de sake y pastel de manzana con helado para el postre. Al vodka con hielo con que empezaron la charla, del cual apenas el actor probó su vaso como gesto de cortesía hacia su invitado (“Aunque Brando no es abstemio, su apetito es más frugal cuando se trata de alcohol”, apuntaría Capote), le sucedieron sendas copas de sake que Brando volvería a desdeñar para enfrascarse en el bistec colocado frente a él.

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“Los japoneses se enorgullecen justamente de la calidad de su carne”, alaba el escritor, refiriéndose seguramente a la celebrada variedad de corte wagyu, aunque sin brindarle mayor condescendencia al resto del menú ni la gastronomía japonesa en general.

Truman-Capote
Truman Capote (1924-1984) es principalmente conocido por su novela de no ficción “A sangre fría”.

“Lo demás no era tan bueno”, relata Capote continuación con su legendaria mordacidad: “ni los fideos, un plato muy popular en el Japón, ni la guarnición a base de guisantes, patatas y habas. Claro que el menú era bastante raro. Por lo general, es un error pedir comida occidental en el Japón, pero hay momentos en que a uno le vienen arcadas sólo de pensar en más pescado crudo, sukiyaki y arroz con algas, y, por mejor preparado y presentado que esté, el estómago poco acostumbrado se revuelve ante la perspectiva de caldo de anguila y abejas fritas, serpiente a la vinagreta y tentáculos de pulpo.”

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Fama ascendente

Para el momento de su estancia en Japón, Marlon Brando ya era famoso por sus actuaciones en Un tranvía llamado deseo y ¡Viva Zapata!, aunque todavía faltaban algunos años para ponerse bajo la dirección de Francis Ford Coppola en las consagratorias El Padrino y Apocalipsis Now.

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Marlon Brando caracterizó a Emiliano Zapata bajo la dirección de Elia Kazan.

Sueldos hollywoodenses

Brando cobraría por Sayonara la friolera de 300 mil dólares, más un porcentaje de la recaudación en taquilla, por interpretar a un oficial de la fuerza aérea estadounidense asignado a Japón durante la guerra de Corea enamorado de una oriental local.

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La película, dirigida por Joshua Logan, se estrenaría en 1957, logrando cuatro estatuillas de la Academia de Hollywood.

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Sake, una descripción

La emblemática bebida alcohólica oriental le merecería la siguiente opinión al futuro autor de Desayuno en Tiffany’s y A sangre fría: “Los connoisseurs de este pálido y mordiente vino de arroz dicen que pueden discernir variaciones en gusto y calidad en más de cincuenta marcas. […] Es un vino agradable al comienzo, que empalaga un poco después, y que no enturbia la cabeza a menos que uno tome litros, que es un hábito muy común entre muchos bons vivants del Japón”.

“… para el novicio todos los sakes parecen haber sido fermentados en el mismo tonel”, añadiría el propio Capote.
“… para el novicio todos los sakes parecen haber sido fermentados en el mismo tonel”, añadiría el propio Capote. | Foto: Unsplash, Jason Leung

Otro recuerdo gastronómico japonés

Rudyard Kipling también brindó sus impresiones de la gastronomía oriental con sus tradicionales utensilios para comerlos: “Después de unos vástagos de bambú llegó una vasija de judías blancas en salsa dulce; una cosa en verdad sabrosa. Intenten ustedes llevarse judías a la boca valiéndose de un par de agujas de hacer calceta, y ya verán lo que pasa” (Agua la boca).

El escritor anglo indio visitó el imperio del Sol Naciente en 1889, y publicó sus impresiones en Viaje al Japón.
El escritor anglo indio visitó el imperio del Sol Naciente en 1889, y publicó sus impresiones en Viaje al Japón.

*Columna “Agua la boca”, colaboración especial de Arturo Reyes Fragoso. Sigue al autor en su Facebook: @BitacoradeMelindres

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