Los nuevos (viejos) mantras de la cocina en cuarentena

Hacer compotas, reutilizar, sembrar huertos y cocinar con lo que hay. Algunas prácticas del pasado regresan como nuevos mandamientos a la cocina en cuarentena.

Esta cuarentena ha exacerbado nuestro apego a la tecnología. Hoy podemos conectarnos a una clase de cocina virtual y contamos con dispositivos —una pantalla, un smartphone, una tableta— que nos dan acceso a toneladas de información útil (a veces) para navegar con acierto el vasto mundo de la cocina. En paralelo, el distanciamiento y la necesidad de adaptarse a un momento de crisis se inclinan hacia el sentido opuesto, acercándonos a prácticas del pasado. 

Entre los mensajes que se comparten en mis grupos de whatsapp —que, por cierto, se multiplican como los conejos—  leo frases que me producen sorpresa, mensajes que no esperaba leer porque sus autores son personas que no tienen una relación profesional con la gastronomía, frases como  “encurtí zanahorias ”, “hoy me puse a hacer mi masa madre” o, mi favorito, “mira, compré un pollo entero”. 

Estamos hiperconectados y al tiempo estamos abriendo espacios para experimentar con actividades offline, retomando prácticas que no solían estar en la agenda, porque nos hacía falta tiempo, por simple desinterés o porque las prioridades —cuando podíamos salir a conciertos ¿se acuerdan?— eran otras. 

Para orgullo de muchas abuelas, la conversación también crece alrededor de procesos que evitan el desperdicio en la cocina: lecciones sobre cómo hacer compotas con frutas que no están en su mejor momento o sobre cómo empezar a cultivar un huerto en una maceta se encuentran con usuarios ávidos de ponerlas en práctica. Videos, que eran populares en el 2015, reaparecieron en nuestras redes para recordarnos cómo se pueden crecer lechugas con sobras o qué podemos hacer con las hojas de los apios. 

Preparar algunos alimentos con antelación —tener un lote de huevos cocidos en el refrigerador o una dotación de albóndigas en el congelador— hoy parece, a nuestros ojos millenials, una idea fantástica, una revelación.

La frase “cocina con lo que tienes” se ha vuelto un mantra, seguido por mandamientos sobre cómo sustituir ingredientes para hacer una receta. Hay incluso aplicaciones —y chefs profesionales— que destinan sus esfuerzos a responder la pregunta del momento: ¿qué puedo comer hoy? ¿qué puedo cocinar con lo que hay en mi refrigerador? La respuesta parece estar en mirar, y adaptar, algunas practicas del pasado.