Originalmente, el chicle o goma de mascar, se hacía con la salvia del árbol de chicle (Maniikara zapota), endémico de las selvas americanas. Pero hoy día los chicles suelen estar hechos de una base de plástico neutro (extracto de acetato polivinílico), un poco de colorante, jarabe de maíz, glicerina, ácido cítrico, azúcar glas y saborizante.
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Sin embargo, de algunos años para acá, el chicle natural del Manilkara zapota resurgió y ahora lo puedes encontrar en tiendas orgánicas y algunos supermercados.
Su origen es bastante curioso. Cuando Antonio López de Santa Anna fue exiliado de nuestro país, voló a Nueva York y se hospedó con Thomas Adams un inventor/ mecánico que quería fabricar llantas a un precio muy bajo. A lo que Santa Anna sugirió que usara el chicle como materia prima ya que era muy elástico. Al final el invento no funcionó para ese propósito, pero sí para la medicinas masticables, lo que posteriormente se convirtió en lo que hoy conocemos como chicle.
El nombre inicial de la empresa productora de goma era Adams New York Gum y después en una alianza comercial se convirtió en Clorets.