Los chiles secos son básicos en una alacena tradicional mexicana, pero en ocasiones puede ser complicado saber si los lavamos o los hervimos directamente sin tener mucho cuidado en quitarles el polvo. Recordemos que la mayoría de los chiles de este tipo se secan al sol o al aire libre y en ese proceso es fácil que se llenen de polvo y hojas extra. Por eso es importante que cuando los traigas del mercado a tu casa los limpies o los laves.
Te presentamos dos métodos efectivos para hacerlo:
En seco
Lo primero es pasar un trapo húmedo por los chiles secos y quitar la tierra.
Después hay que quitarles el rabo y con ayuda de un cuchillo debes hacer un corte por un solo lado y quitar las semillas, las cuales puedes tostar para una salsa o bien integrar a tu guiso posteriormente. Ojo, muchas personas las conservan y no pasa nada.
Si no quieres que piquen mucho pero que sí den buen sabor, retira con cuidado las venas de los chiles secos.
Ahora, una buena forma de suavizarlos es hervirlos, además este proceso también ayuda a quitar impurezas que se nos pudieron haber ido al momento de limpiar con el trapito.
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Con agua
Si el método del trapito húmedo no te convence mucho, también puedes sumergir los chiles en agua o enjuagar al chorro de agua mientras tallas con tus manos la tierra, funciona perfecto. Sólo recuerda secar los chiles secos muy bien, ya que si los fríes con aceite, el agua sobrante puede saltar y causar un accidente.