Lo primero que ordené en un verdadero bar de cocteles fue un Moscow Mule. Eran los comienzos del todavía vibrante renacimiento de la coctelería, y el bartender me recomendó el Mule como un muy buen coctel de entrada: los sabores del jengibre y el limón no son ajenos para mí; la bebida no era abrumadora para un novato y, además, estaba servida en un increíble tarro de cobre.
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¿Por qué el Moscow Mule se sirve en una jarra de cobre?
Probablemente el tarro en el que lo bebí esa vez no era uno auténtico. Los primeros Moscow Mule se sirvieron en una edición limitada de tarros de cobre traídos desde Rusia a Estados Unidos. La familia que creaba estas copas originalmente ha decidido volver al mercado de las jarras para Mule después de más de 75 años. Los ávidos bebedores de este coctel pueden tener en sus manos un tarro de la nueva edición limitada, hecha con las mismas especificaciones que aquellas que se exportaron a Estados Unidos desde la Unión Soviética en 1941; ya no será necesario robársela de los bares.
El renacimiento de los contenedores originales marca un buen momento para desenterrar la historia del coctel, por lo cual aquí hay 5 cosas que tal vez no sabías sobre la existencia del Moscow Mule.
El Moscow Mule combinó dos ingredientes que en su momento nadie quería
En 1941 el dueño del Cock ‘n Bull en Hollywood se enfrentó con el problema de no poder vender las cajas de Vodka Smirnoff que había adquirido, ni la cerveza de jengibre casera. Wes Price, el encargado de barra de esos tiempos, dijo que él sólo buscaba desocupar el sótano.
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Las famosas tazas fueron un golpe de serendipia
Una inmigrante llamada Sophie Berezinski llegó a California con 2000 jarras de cobre que ella misma había diseñado en el taller de cobre de su padre, en Rusia. Paseaba por Los Ángeles con ellas, intentando venderlas y alegando que de otra forma su marido las tiraría a la basura. En Cock ‘n Bull encontró a los compradores indicados, quienes buscaban un elemento que hiciera destacar su bebida.
Colocó al vodka Smirnoff en el mapa
Antes del Moscow Mule, Smirnoff era una pequeña compañía propiedad de un expatriado ruso casi en la quiebra. Dos años después de que John Martin comprara la compañía en 1939, lo llevó al Cock ‘n Bull, donde se convertiría en el vodka preferido para preparar Moscow Mules bien hechos durante décadas.
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El Moscow Mule casi se convierte en una víctima de la Guerra Fría
Mientras el estancamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética alcanzaba su punto máximo con el Macartismo, el HUAC y la aparición de listas negras en Hollywood (cuna de la mula), comenzó a circular el rumor de que el Smirnoff era un vodka ruso. Como consecuencia, camareros neoyorquinos organizaron un boicot en contra del coctel. Smirnoff; por cierto, nunca fue ruso, es originario de Bethel, Connecticut.
Tenía un baile y una tonada terribles
No sabemos a quién se le ocurrió. Pero en 1965 la bebida pasó a llamarse Smirnoff Mule y tuvo su propio baile, creado por Killer Joe Piro, y su propia canción, grabada por Carmen McRae. No sabemos cuántas copias del disco quedan, pero la letra decía: “Stand stubborn/Stop sudden/Look cool. Turn it on/Take it off/The Smirnoff Mule”.
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Si quieres disfrutar tu Moscow Mule directamente del tarro original las nuevas ediciones están disponibles en Moscow Copper.
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