
La Plaza Río de Janeiro es de esos contados rincones citadinos que son bellos en 360 grados. En una de sus esquinas, el chef Joaquín Cardoso junto a sus socios, inauguraron El Roma Bistros, donde colecciona técnicas francesas pero mantiene el espíritu fresco del también chef de Carlota y Loup Bar. Por improbable que pareciera la mezcla, este bistrot lleva los ritmos cadenciosos del antillano y sus ingredientes más emblemáticos con éxito.
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Lo tropical del menú aterriza de pleno en un par de platillos, pero sobre todo en las salsas, los acentos y algo de la decoración. Probé las accras, unas correctas frituras de pescado típicas de las Antillas. En su interior podía sentirse la combinación de especias y perejil por lo que no hacía falta (aunque no sobraba) sumergirlas en la mayonesa de curry y el aguacachile de jalapeño que las acompañaba.
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La carta de cocteles es pequeña, propositiva, aunque poco variada en cuanto a destilados. Siguiendo el tema, hubiera sido ideal tener algunas mezclas a base de ron. Pedí el negroni de arroz que mi mesero, Darío, recomendó. Interesante cómo el amargor inherente del negroni amainó gracias a las sutilezas florales del arroz.El creador de la carta de vinos -certera como un dardo directo al blanco- fue Pablo Mata, ex sommelier del Pujol. Un acierto los grandes vinos franceses, mexicanos y españoles por copeo.