Hay algo sobre las culturas polinesias que nos fascina, sus leis (collares de flores), bailes con fuego y playas prístinas son un imaginario de paraíso tropical. Ahora abrió un bar para llenar ese vacío tiki que teníamos en la CDMX. Con solo dos meses de apertura, Waikiki Tiki Room ha llegado con fuerza gracias a sus cocteles con fuego servidos en vasos tiki o hasta en volcanes (para compartir) y un espacio que grita Instagram en cada rincón. A la usanza de las cantinas mexicanas, los cocteles vienen acompañados de aperitivos de cortesía.
Al frente de la barra está Giovanni Bulmes —quien anteriormente trabajaba en Ladina— y creó un menú de cocteles clásicos como el Mai Tai, el Zombie y el Painkiller y 12 signatures que hizo con otros bartenders del mundo como Daniel Parks de Zombie Village, en San Francisco, Ismael Martínez de Hanky Panky en CDMX y el famoso Jim Meehan de PDT en NYC, entre otros. Los tragos son decadentes y dignos de estar en tus stories, entre los estelares está el Zombie, que tiene ron, Chartreuse verde, orgeat hecho en casa, jugo de toronja y limón y bitters de Angostura, va servido en una vaso tiki con la cara de scream y te lo sirven coronado por flamas (¿así o más llamativo?) y el Saturn que tiene ginebra, orgeat casero, jugo de limón, pulpa de maracuyá y bitters de angostura servido en un vaso tiki clásico.
En esta ciudad llena de propuestas en las que la innovación no siempre es la norma, este concepto que te transporta a la época de oro Tiki de los años 30, resulta divertido y refrescante. Perfecto para disfrutar de unos tragos por la tarde y darle entrada a lo que venga.
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A pesar de que los tragos —con los que por cierto te recomendamos ser cuidadoso porque tienen un alto contenido de alcohol— son el eje central del lugar, el concepto de comida es igual de fuerte. Fue creado por el chef Tomás Bermúdez (de La Docena) y tiene un twist monchoso inspirado en la cultura tiki pero trabajado con su especialidad que es un enfoque al producto, la calidad, el sabor y la técnica. Prueba Ceviche Frito hecho con la pesca del día pasada por tempura para que quede crujiente por fuera y jugosa por dentro, después lo bañan en una leche de tigre con mucho jengibre para darle un balance fresco a la grasa. El pulpo tibio con fermento de limón y chile, con aceite de oliva para picar y las gorditas de chicharrón prensado que son tan decadentes como golosas.Cortesía
