Valle del Loira, un destino gastronómico para comerse

Gracias a su patrimonio histórico y natural, el valle del Loira busca recobrar protagonismo a través de una renovada apuesta por la gastronomía, con una variedad de productos locales que revolucionan la "cuisine française".
Valle de loira

Con el sector turístico recuperándose poco a poco en todo el mundo, esta región del centro de Francia apuesta por las tierras fértiles del río Loira para ofrecer una diversidad de alimentos de alta calidad que se pueden degustar en los 5,500 restaurantes de la región, quince de ellos con estrella Michelin.

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Uno de ellos es “La Maison d’à Côté”, regentado por Christophe Hay, reconocido como cocinero del año en 2021 por la guía Gault & Millau. Este chef representa a la perfección la pasión por la gastronomía de proximidad, una combinación de vanguardia con un tratamiento exquisito de la materia local.

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Foto: EFE/Mario García Sánchez

Su enfoque culinario inspirado en los productos del bosque de Sologne y los terruños del Loira, recuerda a los vestigios culturales de la región, con platos insignia como “Liebre estilo real” o “Carpa al Chambord”, en honor al famoso castillo del mismo nombre.

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Esta idea de “resurgimiento” del valle del Loira a través de la gastronomía, nacida en las mesas de los reyes del Renacimiento, es “una apuesta por retomar los sabores antiguos con una renovación moderna de la cocina de la región”, afirma el presidente de la región Centre Val de France, François Bonneau.

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Foto: EFE/Mario García Sánchez

La variedad de fresas Mara o las lentejas verdes de Berry son algunos de los 110 productos inscritos en el inventario del patrimonio culinario del valle del Loira, lo que la convierten en una región única en Francia.

LA MOSTAZA MÁS “SEXY” ESTÁ EN ORLEANS.

En la Edad Media, los vinos del Loira, que viajaban en barco hasta París, resistían mal el viaje y algunos resultaban picados o avinagrados, de forma que se aprovechaban para producir vinagres, salsas y mostazas.

Hasta el punto de que, en el siglo XVIII, el vinagre de Orleans se exportaba a América e incluso a la India, gracias a la creación de la primera cofradía de maestros del vinagre y la mostaza, reconocida por el rey francés Enrique III.

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Dos siglos después de aquel rápido desarrollo industrial, solo queda una empresa activa. Se trata de la “Maison Martin Pouret”, fundada en 1797, y cuyos productos se han convertido en un referente por la utilización de vinos franceses y semillas de mostaza plantadas en el valle del Loira.

Foto: EFE/Mario García Sánchez

Los actuales propietarios apuestan por “convertir la mostaza en un producto sexy”, a través de un maridaje con platos de la zona, como el pollo de corral con champiñones o el caldo de trucha con ensalada de patatas y alcaparras.

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Esta región también es conocida como la tierra de los quesos de cabra, ya que los hay para todos los gustos (frescos, curados o de ceniza), con cinco denominaciones de origen: Pouligny-Saint-Pierre, Selles-sur-Cher, Crottin de Chavignol, Valençay y Sainte-Maure-de-Touraine.

Foto: EFE/Mario García Sánchez

Todo ello acompañado de un vino con burbujas o sin ellas; seco, semiseco o dulce; tánico o frutal; tinto, blanco o rosado. Y es que, esta es una de las regiones vinícolas más relevantes del país en términos de producción, por lo que se presenta como un destino seductor para los amantes del enoturismo, con sus más de 10.000 hectáreas de viñedo y su denominación de origen Val de Loire.

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El placer culinario que ofrece el Loira combina con actividades culturales, muchas de ellas al aire libre, aptas para todos los miembros de la familia, como los paseos en barca eléctrica para apreciar el encanto de los alrededores de la ciudad de Orleans.

Foto: EFE/Mario García Sánchez

El CASTILLO DE CHAMBORD

Los más de 80 majestuosos castillos que se extienden por esta región, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son parte de la riqueza cultural del Loira, ya que en ellos se ha escrito la historia de Francia.

Foto: EFE/Mario García

Con más de 500 años de antigüedad, el más emblemático de estos monumentos es el castillo de Chambord, palacio residencial y pabellón de caza durante el Renacimiento, donde el monarca Luis XIV, conocido como el Rey Sol, habitó en varias ocasiones.

La planta del castillo y la decoración del interior se diseñaron en 1519 en torno a un eje central: la famosa escalera de doble hélice y en forma de espiral que conduce desde la planta baja a la terraza, y que fue inspiración del mismísimo Leonardo da Vinci.

En sus campañas bélicas por Italia, Francisco I descubrió las maravillas de la obra de Leonardo e invitó al maestro italiano a quedarse en la corte francesa como “primer pintor, arquitecto e ingeniero del monarca”.

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Foto: EFE/Mario García Sánchez

En 1939, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, el castillo de Chambord dio cobijo a obras maestras venidas de los principales museos de París, como el Louvre, para protegerlas de los bombardeos y la codicia de la ocupación nazi.

Así, el Chambord se convirtió en el mayor depósito de arte de entre los castillos de la región, con cuadros icónicos como “La Gioconda”, de Leonardo, o “La Libertad guiando al pueblo”, de Eugène Delacroix.

“JARDÍN DE FRANCIA”.

El valle del Loira, conocido como “jardín de Francia” por sus múltiples paisajes y riqueza floral, posee una variedad incontable de parques. En el corazón del bosque de Orleans, el “Arboretum des Grandes Bruyères” combina el placer de caminar con el de descubrir árboles exóticos de climas templados de todo el mundo.

Foto: EFE/Mario García Sánchez

En total, 7.000 árboles y arbustos crean paisajes únicos y cambiantes a lo largo de la temporada, con siete colecciones de plantas reconocidas a nivel autóctono por el Conservatorio de Colecciones de Plantas Especializadas (CCVS).

Otro de los atractivos de esta región son sus paseos en bicicleta por los 115 kilómetros de pistas que bordean los márgenes del Loira. Más de un millón de turistas al año recorren esta ruta, que comienza en Rambouillet y termina en Séligny.

Se trata de un viaje histórico, cultural y deportivo por los senderos que antiguamente patearon los peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela, en España.

Foto: EFE/Mario García Sánchez

En definitiva, el valle del Loira, se ha convertido en un destino preferente para los franceses que desean tomarse un respiro fuera de la ciudad, pero también para los turistas internacionales que quieran descubrir sus encantos y diversidad en un entorno natural cargado de historia.

*Con información de EFE

*Esta nota fue publicada originalmente en Forbes México.

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